No va a ser fácil, ya lo sé. Pero este camino solo puedo recorrerlo con vos

No va a ser fácil, ya lo sé. Pero este camino solo puedo recorrerlo con vos

No va a ser fácil, ya lo sé. Pero este camino solo puedo recorrerlo con vos .

Intenté levantarme y noté que mis piernas no respondían, me pesaban y dolían muchísimo. Sentí mi espalda rota por la parte de las lumbares, me sentía quebrada.

— ¡Roberto estoy muy mal! —. Pero no podía gritar, no me salía más que un débil quejido, como de anciana.

Con los nervios, ni siquiera me había dado cuenta de que hace un sol de justicia. Si llega a diluviar, seguramente tampoco me hubiese dado cuenta. Mi cuerpo está rígido y mi mente…para definir mi mente en estos momentos debo aludir a la antítesis, pues debo reconocer que albergo tantos sentimientos que me siento inerte, por muy paradójico que pueda sonar. Y, sin embargo, aquí estoy. Mis ojos estan borrosos, tal vez sera por las lágrimas apunto de salir,

¡Pero, todavía tengo esperanzas!

Haciendo un gesto con su mano para que me levantara, se fue hacia la ventana y la abrió lentamente.

La luz de las estrellas entró muy tenue, y me sorprendió que la luna no brillara potentemente,pues me había parecido que estaba muy avanzada la noche .Roberto la miraba embobado y con media sonrisa en su cara.Levantándome poco a poco, y secándome lágrimas y mocos con un paño blanco que hacía de toalla, le dije: vamos a comer algo y me enseñás a cocinar me sonrió porque supo que lo hacía por él. Supo que a pesar de mi pena, de mi cansancio y de mi dolor, su deseo de estar junto a mi era un motor que me impulsaba para poder seguir.

Ya preparados, desayunados, dormidos a malas penas y vestidos adecuadamente, Alejo nos paseó por el pueblo y nos hizo pasar por cada una de las casas donde nos presentaba a los paisanos.

De repente me sentí terriblemente cansada y quise sentarme en un banquito que parecía agarrado a la tierra, a la derecha de la puerta de una de las casas de la calle principal ,en ese momento ocurrió el verdadero hecho milagroso en mi vida: no pude sentarme. De repente, al ver a Roberto mi cuerpo se tensó de manera que cada músculo de mi dolorido ser, se enderezó y tonificó. No podía apartar mi mirada de él.Allí estaba ,él delante de mí, con un aire muy serio. Pobre de mí, aturdida por su imagen ,entonces respiré y me deshinché como un globo viejo de una fiesta acabada y olvidada .Yo, enfrente, sentía que me iba a desmayar, las fuerzas me abandonaron. ¡Hubiera querido ir hacia él y gritarle! Pero no hice nada de nada. Solo le miraba aterrada ¡No podía apartar mi mirada de él!

¿Pero qué es esto? —me preguntaba a mí misma, con angustia .Me dirigí hacia él sin pensármelo ni un segundo,¡Ven aquí! —susurró Roberto de aquella forma, meciéndome con su voz.

Ahi estaba el hombre que me transformó en algo que ni yo misma conocía

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