Capítulo-7

-Bueno señor Dylan, no queda mucho para finalizar la entrevista.

-¿Ya? Que corta se me ha hecho, aunque pensándolo mejor ya es casi la hora de cenar.

-Solo serán unas preguntas más y habremos concluido.

-Por supuesto buen hombre, sin ningún problema.

-Si me permite señor Dylan, me ausento un momento. Debo de hacer una llamada.

-¡Claro! Adelante.

(El entrevistador se dispone a levantarse y sale de la habitación dispuesto a hacer la llamada. En esto que casi al ulísono, sale Sara de la habitación. Sara pasa a su lado, este le mira fijamente pero ella parece ni inmutarse, hasta tal punto de dar la sensación de que el entrevistador no existe para Sara.)

-Ya estoy de regreso. Puede proseguir señor Dylan.

-¿Por dónde iba? ¡Ah sí! Ya me acuerdo.

(25 años atrás. Estudio de Dylan, 4 AM)

-Ha pasado mucho tiempo. La verdad que he perdido hasta la noción. Pero creo que por fin, después de tanto sacrificio ha llegado el día. Por fin te volveré a ver Sara, después de 20 años esperándote por fin te volveré a ver… Pero aún no es el momento, necesita unos retoques finales.

(Antes de culminar su obra, Dylan se asoma al balcón de su piso, ese en el que pasó tantos buenos y malos momentos directa o indirectamente con Sara. Día a día en su vida y en su recuerdo. Cruzando las manos por detrás de la espalda, alza la mirada al cielo comenzando a hablar en voz alta.)

-Sara… Mi dulce Sara, no dejo de recordar aquel fatídico día. Toda mi familia, todos mis amigos, en mundo en general que me conoce me llama loco, y es cierto estoy loco, pero loco por ti. Llevo esperando este día desde que te marchaste injustamente, pero hoy te volveré a tener entre mis manos mi dulce y pequeña Sara. No volveré a decir «te quiero» esperando una respuesta que jamás llegará, no lo volveré a hacer.

(Se vuelve adentro en dirección a su estudio, ansioso, nervioso y eufórico. En medio del estudio se encuentra una mesa de metal con una manta por encima.)

-Nunca pensé que mis sueños de niño se harían realidad. Tampoco me lo imaginaba de esta manera, pero he luchado y puesto mucho empeño en esto.

(Dylan se dispone a destapar su obra. Perplejo se queda observando su creación, ni el mismo se cree lo que sus propias manos han conseguido lograr, está profundamente emocionado.)

-Mi pequeña y dulce Sara, por fin te veo después de tanto tiempo, eres hermosa.

(Este toca el rostro artificial de «Sara», la mira de arriba abajo atónito hasta tal punto de casi perder el conocimiento.)

-Va siendo hora de que despiertes querida mía, necesito volver a escuchar tu voz.

(Dylan abre un panel en la nuca de la Sara artificial, procede a «despertarla».)

-Abre los ojos mi vida, te necesito.

(El humanoide comienza a abrir los ojos y mira fijamente a Dylan, este comienza a llorar como si de un niño se tratase).

-¿Dónde estoy?

-Estas en casa mi vida, vuelves a estar en casa.

(Dylan coge de las manos al humanoide y lo sienta en la cama de metal).

-Dylan, estoy un poco desorientada.

-Es normal, tienes que acostumbrarte a esto, poco a poco todo será diferente.

(Dylan se siente extremadamente entusiasmado, puede ver en el mirar de los ojos del humanoide a la propia Sara.)

-No sabes cuánto te he echado de menos, Sara.

(Ebrio de euforia se funde en un beso con el humanoide).

-Es la hora señor Dylan, muchas gracias por su tiempo.

-Mucho gusto y un placer.

(Se dan un apretón de manos, y el entrevistador cierra la puerta dejando atrás Dylan mientras mira embobado a «Sara».)

(De camino a la salida del edificio, el entrevistador tiene unas últimas palabras consigo mismo).

-Pobre genio loco, toda una vida por y para un humanoide robótico. Se ha desaprovechado un gran talento.

(El entrevistador se dispone a salir del psiquiátrico más famoso de la ciudad).

Días después de la entrevista, Dylan fallece por causas naturales y junto a él, «Sara» es desconectada como él mismo solicitó antes de su lecho de muerte.

Dylan fué otorgado con el premio Nobel de robótica avanzada humanoide. En el futuro su prototipo fue la base de los humanoides sucesores.

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