Brian Bo

Brian Bo

pame

26/01/2019

Brian Bo , se sienta atrás en el autobús, destacan sus raídos jeans color ladrillo y una polera con una calavera en tres dimensiones de color; amarillo, naranjo y blanco, encima de la polera un polerón también negro, muy viejo,con capucha, que va cubriendo su cabeza , en los oídos unos audífonos robados, de una mochila, pegados con scotch, porque en el tirón se han pelado un poco, el mp4 es de un robo anterior, en la Universidad, donde estudia Pedagogía en Historia , una carrera cualquiera y no la Ingeniería en computación, que había soñado, estudia aquello ,solo para tranquilizar a su madre, una mujer de mediana edad, que se parte trabajando, para que él tenga lo mejor, quedaron solos desde que era muy niño y sin red de apoyo, así que la mujer ha hecho muchos turnos, para lograr llegar a fin de mes. Tiene poca educación, cursó hasta octavo básico, quedó sola y en el campo los abuelos, crían los hijos para trabajar . Su madre, una ruda campesina, despertaba al alba y toda la casa debía despertar con ella, el pan recién horneado y la leche fresca eran el desayuno diario, a las 7 en punto de la mañana.

Brian es producto de uno de los capataces del campo, un hombre moreno y fuerte, que vio a esta pequeña de 14 años y se enamoró locamente de ella. Tenía entonces, unas gruesas piernas musculosas de cargar baldes y canastos, unos ojos color canela y el pelo marrón oscuro en ondas, de rostro redondeado y labios generosos, unas puntiagudas orejas y anchas caderas. No se puede hablar de violación, porque la chiquilla cedió a sus impulsos, con total agrado, pero una vez vistas las consecuencias de sus actos , corrió donde el dueño del fundo, para que hablara con su madre y forzara a casarse al empleado. Pero Don Vicente hizo la vista gorda, porque el trabajador era muy buen mandado y tapo con unos pesos el pecado de la chiquilla y mandó a su mujer a criar a este chiquillo, que para entonces resultaba a maría un hijo no deseado. En la televisión veía una serie unos minutos, entre los quehaceres, había un personaje llamado Brian Bob, rubio, de intensos ojos verdes muy pálido y delgado, en toda su inocencia, creyó que su hijo de tanto mirar la serie saldría así de blanco. La genética le jugó en contra y vino este chiquillo de 4,200 kg con la piel roja , gruesa y el cabello abundante negro y duro, todo arrugado, con unos ojos negros delineados , que miró horrorizada metido en el conjunto tejido en hilo color celeste, que le presentaba doña Leonor. Casi no quiso mirarlo, el engendro aquel bramaba desesperado, y cuando la ayudaron a ponerlo al pecho, aparte del dolor intenso, sintió que le vaciaba el alma, y hasta asco. Él se soltó solo, cuando los pechos estaban desinflados y flácidos. Ella busco con los ojos a la señorona, que interpretando su angustia lo recibió palmoteando la espalda para que botara los flatos.

– Como se va llamar

– Brian, Brian Bo

-pero niña, si no es gringo, porque no le pones el nombre de su abuelo o de su padre

Brian Bo y punto con las manos cruzadas sobre el pecho dolorido y desinflado

– es Bob , chiquilla loca , pero será como quieras

Su madre apareció con un rictus furioso cuatro días después, no se acercó ni a mirar al recién nacido, le dejó unos pañales en la mesita y le dijo que mejor no regresara al rancho porque su padre no la perdonaba

Por eso el joven estaba en guerra con la vida, y con su crianza, desde pequeño mientras los demás jugaban a la pelota, él tenía que lavar ropa, planchar, cocinar y limpiar la casa. Su madre llegaba rendida ,cerca de la madrugada ,para ir saliendo de nuevo al alba, nunca se quejaba, comía poco y le dejaba los trozos más grandes de carne , no le había faltado lo básico, pero nunca le sobró nada.

Robar era un mecanismo de defensa, lo hacía solo porque le daba la gana y porque, de alguna manera consideraba, que el mundo le debía a aquello que robaba. Nunca eran cosas de gran valor, y solo a la gente que se notaba adinerada. Aquel día en especial, se fijó en la mochila, que tenía parlantes incluidos y era revestida contra el agua, de un color pistacho vistoso. El joven que la portaba llevaba camiseta y camisa a cuadros abierta encima, bue jeans americanino legítimos, botines Cat, perfume Calvin Klein, cortado de peluquería, la barba afeitada, sentía un odio profundo, por no poseer nada de aquello, el chico se volteó a mirarlo unos segundos, con un despectivo y desconfiado gesto, eso lo incitó a robarle el pequeño aparato, que apenas asomaba por un bolsillo. En casa lo vació entero, porque la música anglo no era su estilo y procedió adulterar con plumón, y a rallarlo. Cuando su madre entró, le dijo con toda soltura que se lo había encontrado, ella vaciló unos segundos, pero pensó que su hijo nunca había sido un joven malo, muy por el contrario, a fuerza de rutina cocinaba y hacía el aseo a diario.

Como te ha ido hijo- le dijo quedamente, para que no sobrereccionara, había oído por ahí, que a los jóvenes hay que tratarlos con cuidado.

– mamá córtela con el cuestionario- ella retrocedió despacio y abandono el cuarto

El día 25 en la tarde, cuando perseguía a una atolondrada chica cerca del pasillo de bioquímica, en la facultad de ciencias, fue que sintió el primer puñetazo, salió de la nada , solo el golpe en pleno ojo, con un dolor intenso y caldeado ,que le dejo ciego varios minutos, con un lagrimeo incesante

– Brian Bo, Brian Bo, le corearon burlones , unos rostros apena reconocible, se sintió arrastrado desde el gorro del polerón, por varias manos

– Tienes que irte ahora mismo huacho, y un puntapié lo golpeo despacio, un escupitajo le estalló en la mejilla y se arrastró unos metros hasta ver la salida y corrió desaforado. Nunca nadie lo había golpeado, en el campo uno se arregla como hombre, se dice a la cara las cosas y las peleas son de frente, nunca a la mala, ni menos tratando de sorprender al adversario. Su abuelo que era un hombre corpulento, le había enseñado a usar las manos, pero nunca había sido necesario, había pocos jóvenes y en ese entonces, él no era un rebelde, aceptaba lo que el destino le tenía cifrado

Llegando a casa ya tenía el ojo cerrado y morado, la hinchazón era evidente y el dolor no había cesado, tenía un sentimiento de rabia intensa, que lo hacía tronarse los dedos y morderse furioso los labios. Planificaba en su mente la venganza, que incluía cosas horrorosas, humillaciones siniestras, e instrumentos macabros , repasaba en su cabeza, una a una las secuencias de aquella tarde y se iba llenando de furia desatada, más, porque no recordaba los rostros, eso le llenaba de frustración, pero un detalle se le había quedado grabado, aquel olor un poco picante , del perfume Calvin klein del muchacho estirado

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