a ti el mas importante de todos

te miro dormir plácidamente en el umbral de la puerta apoyada,

preguntándome en que minuto te convertiste en este hombre,

cierro los ojos, añorando tus pequeñas manos a mi cuello enlazadas,

las noches de fiebres y toses, la bicicleta , las rodillas lastimadas,

te miro y un ronquido profundo me desbarata y sobresalta el alma ,

de pronto sé que estoy ahora mismo. a un paso de perderte,

que te irás un día de estos, con tu maleta llena de esperanzas,

y yo tragare saliva, levantare alto los ojos y sostendré tu mirada.

y te dejare partir con quebrazón, con infinita amargura y nostalgia,

llena de vidrios rotos, que dolerán en las venas, los huesos y las canas,

sonreiré para ti y te empujaré hasta la puerta, sin una sola lágrima,

para sollozar noches enteras, escondida cerca de la estufa, acurrucada,

nunca sabrás del dolor ,que tu partida me causa, nunca te diré nada.

jamas te llamaré llorando, ni te pediré rogando que vuelvas a casa,

te amo tanto hijo,que haré de piedra el corazón y mármol mi cara,

esconderé los miedos, que me acosan, inquietan y desarman,

con un cálido beso en la mejilla te dejare sonriendo en la entrada,

alejando de ti el fantasma perverso de los incierto, que me amenaza,

y aquí estaré aguardando desesperada, que estes bien,que nada te pasa,

que siempre al volver solo buenas noticias y alegrías me traigas

que aquel nieto que sueño, llegue pronto y tenga tu intensa mirada

y sea alto, delgado ,bello y bueno como tú,cual torre elevada,

que cada abrazo, con esos fuertes brazos, que ahora tienes,

vengan a llenar por instantes ,esta vida vacía y solitaria ,

te he soltado hijo, eres libre, te he dado inmensas alas,

a riesgo de perderte,para siempre, cuando al fin las abras,

me quedo, con este libro abierto, sentada cerca de la entrada,

atenta a tus sonoros pasos, a tu voz alta y grave, que me llama,

y correré hacia ti y besare tu hermosa cara, mientras me abrazas,

regocijada en poder verte llegar, cuando te vengas las ganas,

y cenaremos juntos y te hare las cosas sabrosas, que te agradan,

riéndonos sonoramente, asidos de la mano. de cada anécdota contada,

y te pararas despacio, besaras mi frente y abrazándome en silencio

susurras cerca de mi pelo ,hasta muy pronto madre adorada,

con lentos pasos alcanzaras la entrada y voltearas tu rostro a mi,

y me harás un gesto de despedida con la mano levantada.