Los escritores son monóloguista. Siempre se escriben a ellos, algunos tienen la suerte de que otros los lean y cada tanto lo feliciten por ese escrito.

Pero cada cuento, poema, prosa, etc, es para uno mismo… Contiene pedazos de corazón, riñones, cerebro, piel, manos, cuerpo, alma, que se escapan y corren a través de la lápicera para que lo escribas, otras veces esos monólogos están hechos de todos los miedos que se van aglomerando y quieren asustar a otros, golpeando las puertas negra de la imaginación hasta tirarla abajo; también están los poemas de varias clases empujandose entre ellos para que los escriba el artista y en esa hoja puedan jugar. Tantas veces se mezclan y se bifurcan como las calles de La Plata, o se enrendan como mí pelo, también se unen y forman algo único como mí hijo… Pero no dudo ni un instante de que artistas somos todos, solo que algunos tenemos una manía por hablar o la necesidad de contar todo, ya sea con palabras dichas, escritas actuadas, pero necesitamos hablar todo el tiempo, las emociones, sensaciones, sentimientos nos mueven y destraban al actor del monólogo para que vomité todas esas frases, párrafos, líneas que le cuesen el alma o le hacen cosquillas y quieren ser los payasos para los otros, aman las risas y las sonrisas bienvenidas, estamos los otros un poco oscuros y melancólicos que añoramos lo que no volverá y tenemos una obsesión por repetir el dolor que brota por las venas y salpica el papel, celular, computadora, hasta ser totalmente drenado, quedamos vacíos y ahí es donde se nos caen las lágrimas por sentir el miocardio sucumbir.

También están los que escriben erotismo y crean admoferas de sensualidad o desnutrición para el sexo, los que miman los cuerpos con pluma/palabra dando un tono de amante al texto, de aquí se desprende un poco lo perverso de lo siniestro, de lo diáfano a lo menguante, también del sádico al frío; puede rondar el ángel oscuro del prostíbulo o del hombre que no puede dejar de amar la loca idea de ser el mejor en su altivez sexual, pobre de aquél que cree eso porque los poemas son siempre para uno y pocos los leen como deben y otros no los entienden; porque una mujer desnuda y en lo oscuro, es una claridad que nos alumbra lo entienden hasta los que son iletrados, pero la pequeñez de hombre destruyendose en ti, me dejas esa duda entre tamaño o alma que sigue siendo solo un nexo a lo que no es… Cuando el escritor pierde la humildad en su vida o escritos deja de tener esa belleza que lo mira para darle todo una senda cósmica de infinitos recursos lúdicos.

Por eso digo somos monóloguistas porque cuando escribimos lo hacemos para nosotros y si tenemos la suerte de que uno nos lea, puede suceder como me sucede a mí que no haya respuestas.

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