La Visita al Ingeniero Laringólogo

La Visita al Ingeniero Laringólogo

Cronológicamente, estamos en el futuro, que no sé si sea mejor o no, solo sé que la ciencia ha avanzado mucho y hemos caído en muchas situaciones de tecno-nihilismo.

Esto ha permitido que nuestra presidente Afrodita, tenga entre sus recursos para causar la ilusión óptica deseada, la capacidad de programar en el chip de cada habitante de nuestro país un holograma bastante femenino que nos deslumbra y nos hace pensar “es una mujer”. Ella lo activa cuando sale en público y todos, incluso yo, vemos una mujer en los medios de comunicación. Este chip que tengo incrustado, es mi id, para poder ser considerado ciudadano, y pues toda mi familia y amigos lo tienen. Aunque algunos se han revelado en contra de este sistema, y no lo han adquirido, perdiendo también los derechos que tienen como ciudadanos en materia de salud, educación, pensiones y alimentación. Los que se rehusan han sido llamados los “unwanted”.

Pero no desviemos la atención de lo que nos atañe, la Presidente está preocupada porque los aparatos nanotecnológicos que tiene incrustados en su cuerpo no han funcionado como quiere, además que le causas algunas molestias físicas. Es por eso que decide visitar al Ingeniero Laringólogo, Joan Mendez, para que le ayude. Y más, sabiendo que está próxima a dar su discurso de posesión como nueva Presidenta ante el Capitolio, la comunidad internacional y los habitantes.

Joan Mendez es un hombre de 40-45 años, alto, de buena apariencia física. Fue Ingeniero de Sistemas y luego estudio Tecnomedicina Laringológica, además de especializarse exclusivamente en “Reasignación Sexual mediante Nuevas Tecnologías”. Mira de frente a Afrodita, sin bajar la cabeza porque tienen estaturas similares.

Afrodita: hola ingeniero, ¿cómo está?

Joan Mendez: muy bien. De antemano felicitaciones por ganar las elecciones presidenciales.

Afrodita: mil gracias. He llorado toda la noche con esta victoria. Como gran patriota, es un deber muy grande que quiero asumir con mucha responsabilidad.

Joan: entiendo. Eres muy sensible, demás que te irá muy bien.

-emocionada sonríe-

Afrodita: sí, estoy con muchas ideas en mi cabeza para desarrollar el programa de Gobierno que prometimos en campaña. Debo empezar con el discurso de posesión, quiero modificar algunas cosas del preliminar que tengo. Y para mejorar mi oratoria, he venido para que me ayude, mi voz no está funcionando tan femenina algunas veces, no sé qué pasa.

Joan: miremos a ver qué pasa con los nanos incrustados en su aparato fonador. Auscultaré desde los pliegues vocales hasta más abajo.

(Joan introduce una pequeña sonda en la boca de Afrodita y desde una pantalla empieza a ver su interior)

Joan: ahora vamos a tener que hablar bastante para estas pruebas y así encontrar los nanos que están fallando.

Afrodita: podemos hablar de Michel Foucault, Simone de Beauvoir, Sartre, Milk.

(Joan retrocede su silla movible y se ríe)

Joan: jajaja mi conocimiento es más doxa. Usted es muy brillante. Aunque admiro a un intelectual, Alan Turing, padre de la informática.

Afrodita: ¡claro que lo conozco! Fue un gran salvador gay, -empieza su voz masculina-, me encanta la forma como persuadió a los ingleses para que le ayudaran con su máquina…. -Afrodita se da cuenta de su voz masculina-… ahh ahí está doctor, esto es un martirio.

Joan: siga hablando, ya detecté un nano dañado… siga hablando para auscultar más.

Afrodita:… Alan salvó muchas vidas con su máquina. Y pensar que después en su época fue tan discriminado y hasta preso por su condición sexual. -voz masculina- Eran tiempos muy difíciles.

Joan: sí, pero me quedo con la imagen de que salvó muchas vidas. Además de su concepto de método en la algoritmia, era un gran visionario, un genio.

Afrodita: sí, admiro su obra.

(en cinco minutos, Joan detecta los nanos dañados y los reemplaza en un procedimiento bastante sencillo).

Joan: ¡listo Afrodita! Están listos los nanos, ahora no vas a tener los problemas que tenías.

Afrodita: mil gracias Ingeniero. Espero verlo en la oratoria de mi posesión. Acá le dejó una invitación.

Joan: muchas gracias Afrodita. Ahí estaré.

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