un tono abajo, una sonrisa fuera de lugar, un instante perdido, un momento de debilidad, te pienso, será que te puedo esperar, tocar fondo rendirse olvidarlo todo, esa sonrisa al viento la cual se llevó las lágrimas oxidadas, la llave extraviada de olvido marcada, mientras paseas por las cascadas de silencios, mi alma llora, otro día igual de inútil, el amanecer más hermoso será cuando ya no este, observas calladamente un fuego azul, algo aquí dentro a punto de morir, el tic tac del reloj no para, sombras en la oscuridad sonríen mientras en silencio clavan un puñal, el edificio en llamas grita el humo, el llanto es imparable, mi alma a pedazos se vuelve a partir espera polvo de estrellas, me abruma la melancolía, en estas tardes de luna, que parecen un mar de cristal, las vendas no tapan bien esta herida, se impregnan de la sangre, el olor a olvido, el vestido en el closet, los zapatos mojados, las flores en la mesa, los colores de los sueños borrados como una vela apagada, descritos con esperanza.

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