Una silla me sostiene, mientras mi corazón se desmorona y mi mesa me detiene de correr hacia el vacío, perdiéndome entre mis pensamientos, intentando olvidar el daño que el pasado me ha causado, sentir lagrimas corriendo abajo en mi rostro, sin aceptar nuestro destino, esperar porque algo valla cambiar, solo un sentimiento abrumante de tedio, aburrimiento y vacío.

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