A ti sí que te gustaba, decirlo todo en miradas, eras tan correcto que daba miedo mirarte, el sentirse desgraciado, al no generar cambio creciente, el hundirse en un sillón de pecado latente, sentirse ignorado, anhelarse perfecto, mirar a tu alegría, un sueño perfecto, con el temor candente, dé tener que despertar.

Todas tus miradas inspiraban versos, tu voz era tan clara, cual, si fueses lucero, tu risa callada brotaba entre flores, eras luz divina al final del túnel.

Si al pensar cumpliese todos mis anhelos, ser alguien en tus ojos seria el tercero, él segunda seria verte sonreír por siempre, sería tan dulce, tan apasionado compañero.

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