De: Mateo. Para: Arlette.

De: Mateo. Para: Arlette.

sam peraza

08/12/2018

Quisiera ser un buen escritor y contar historias que signifiquen algo para la gente. Pero lo único que realmente quiero en este mundo es ser el hombre que camina a tu lado.

Quisiera ser uno de esos que hace que las personas sientan lo que él está escribiendo, uno que se pueda sentir orgulloso al caminar mientras otros lo señalan con admiración, utilizan sus frases o solo lo reconocen.

Quisiera poder tener la habilidad de que todos se sientan bien con unos cuantos versos.

Quisiera tener en mis manos ese apoyo incondicional que me motiva hoy a escribir esto.

Hoy. No solo soy yo detrás de un teclado, que anterior a esto fue una libreta en un bar, con una cerveza obscura del lado derecho, una libreta abierta con un bolígrafo por un lado, un sinfín de dudas en la mente y un hueco en el corazón.

Hoy soy ese que se puede expresar mejor en una hoja de papel que en persona, porque mis miedos son más grandes y no saben hacer otra cosa más que enmudecer mi garganta y ser una estatua viviente ante el miedo de todo lo que me rodea.

Hoy, simplemente quiero escribir todo aquello que no pude decir en su momento y justamente ahora, me come por dentro.

-A ti:

Que perfectamente sabes quién eres, espero que leas porque esto. Soy yo.

Desde el instante en el que me sostuviste entre tus brazos, sabía que había encontrado mi lugar en la tierra, sabía que justamente en ese lugar debería de estar. Si te preguntas ¿por qué?

Es simple, porque entre tus brazos encontré paz, encontré la cura a mis miedos en un par de segundos. Mi refugio en los momentos bajos.

Cuando te bese, ¡wow! Fue un beso tímido, inocente. Sencillo y al mismo tiempo estruendoso porque movió todo mi mundo. Posteriormente nunca dejaron de ser así, porque cada vez tus besos fueron siendo los más deliciosos, tus labios los más dulces. Tu sonrisa perversamente encantadora entre beso y beso NO TIENE IGUAL.

Esa manera de besarnos poco a poco, de una manera lenta y gentil.

Los besos rudos y apasionados donde nuestros labios formaban un ring de pelea y no había tregua en esa guerra de lenguas y placer.

Por otro lado estaban los besos espontáneos, mis favoritos sin duda alguna. Esos son mis favoritos porque son los que van entre locuras, son los que van entre un:

  • Oye me hace falta algo.
  • ¿Ah sí? Que e…

Y justamente ahí entra el beso, justamente en ese momento antes de preguntarte que te hacía falta me robabas un beso. Esos pequeños detalles son increíbles para mí, porque solo es buscar un pretexto, el más estúpido del mundo si quieres. Para poder darte un beso sincero sin motivo ni fin. Solo un beso sincero, un beso alegre, un beso que sea tuyo, un beso que te diga te amo antes de que yo te lo diga mirándote a los ojos y sonriendo con una alegría inmensa por dentro.

Creo que si me pongo a escribir sobre todos los motivos por los cuales esos son mis besos favoritos, jamás terminaría. Pero sabes a lo que me refiero.

Siguiendo con todo lo que me podría gustar de ti. Eso que me hace levantar cada mañana y esforzarme por ser lo mejor para ti cada día. Podría escribir acerca de tus locuras, de nuestro primer viaje. De lo que planeamos juntos, lo que hicimos juntos, los tragos amargos, las ideas brillantes de media noche, los te extraño más sinceros de mi vida estando lejos. Todo aquello que nos movía para “cruzarnos” accidentalmente un sábado por la noche o un domingo por la tarde. Esa primera película en el cine y esas comidas juntos, las fotos, los videos con filtros románticos, los audios contando el momento exacto en el que nos fue mal, esperando que con una palabra de apoyo por mínima que parezca nos diera motivos para sonreír.

Para no seguir con esto. Solo quiero decirle a quien lea esto, es que ella me hizo escritor. Porque ella me alentó todo el tiempo a hacer esto, mismo de lo que otros se burlan. Ella me hizo ser el que transmite emociones o al menos me ayuda a hacerlo y hoy con un par de tragos de escoces, puedo asegurarlo. Ella me hizo escritor.


Para ti es esto.

¡Gracias por compartir ese poquito de tu ángel de persona que eres!

¡Gracias por hacerme feliz cuando nadie más estaba cerca!

¡Gracias por amarme!

¡Gracias por ser esa mujer única!

¡Gracias por cuidarme y preocuparte por mí!

¡Gracias por no dejarme solo!

¡Gracias por los besos, los abrazos, las caricias!

¡Gracias por los días, por las mañanas, por las tardes y noches que compartimos!

¡Gracias por soportarme en mis días malos y alentarme en los buenos!

¡Gracias por ir a ver mis partidos!

¡Gracias por alentarme a ser mejor!

¡Gracias por todo!

– Te amo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS