Alma contra alma

Alma contra alma

Roberto Massi

24/11/2018

Me encuentro aterido sentado en el banco junto al río.

El agua pasa sin culpas como siempre.

Desde aquel domingo por la mañana conservo la ropa y tu perfume .

La isla enfrente se asemeja a una gran ballena jorobada.

Estoy inmovilizado el miedo y la rabia oprimen mi cuerpo.

Las aves me reconocen y vienen por su comida diaria.

Es fácil desear no ser el último en salir a caminar por la pradera para no sufrir.

Las canoas pescadoras regresan de la faena con desigual suerte.

¿Qué sucederá cuando llegue a casa cierre la puerta y apoye mi espalda detrás de ella?

Los camalotes bajan anunciando el inicio de una nueva crecida.

Una a una se derrumbarán las piedras del dintel de mi vida ante la chimenea.

Los patos comienzan a migrar hacia climas más benévolos

El no tenerte colgada de mi abrazo hoy ya es parte de mi muerte.

La sirena del frigorífico de pescado larga y aguda arranca el aullido a un perro.

Se acerca tu silueta inconfundible por la rambla viniendo hacia mí.

La primera nevada golpea mi gorro de lana y cristaliza mis lágrimas.

Cae el ramo de rosas rojas de mi regazo.

La brisa helada mueve los juncos suavemente.

Sabía que no me dejarías solo en este trance.

Escucha a los cisnes como nos cantan.

Acurrúcate junto a mí por favor, alma contra alma.

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