Dónde quedó esa estación florida
en que tu sonrisa mostraba
sus más coloridos momentos
ante un payaso maquillado por amor.
Se fue como destello de luz,
como un bien mal apreciado,
como una rosa que no quiere ser bella,
como ahora que cruzaste el océano.


Como bien el clima quiso
que llegase el invierno y fría te vuelvas
contradiciendo al verano
que intentaba encender lo que apagar pudiste.


Callada te escucho e insensible te siento,
aun de pena no me resigno.
¿Cómo algo tan simple superó a un “por siempre”?
¿Cómo tu rencor superó lo que sentías?


Fuiste mía en cuerpo y alma,
te entregaste con devoción
a los brazos del pecado;
si existe un cielo volaremos con pena
y si hay un infierno
pagaré contigo (juntos), la condena.


El silencio quiere ahogar
el poco amor que te tengo,
y tú apoyándole.


Se me hace oscuro este invierno
y aún más oscuro el camino
que haces darme cuenta.


Seguiré muy detrás el vaivén de tu mano
aun así te hayas soltado de la mía.

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