Siempre llegábamos a un límite, no sé cómo o no sé cuándo, pero no te gustaba que te tocara así, mis manos eran tijeras después de saber donde estaban.
Siempre llegábamos a un límite, no sé cómo o no sé cuándo, pero no te gustaba que te tocara así, mis manos eran tijeras después de saber donde estaban.
OPINIONES Y COMENTARIOS