NO TE OLVIDES DE VIVIR
Qué sentido tiene la vida
que sorteando asperezas,
dejas pasar el tiempo
-soñando con sutileza-,
que aparezca la fortuna
y el amor de una princesa.
Suspiramos por el invierno
cuando estamos en verano,
pasamos de «hoja» en otoño
y, en primavera esperamos
que la vida nos ofrezca
esos favores mundanos.
El lunes
que llegue el martes.
El martes
en el fin de semana.
Luego… las vacaciones
más tarde, semana santa.
La Navidad, tu cumpleaños, el Rocío
la Santísima Trinidad
y, hasta el lucero del alba.
Y, he aquí que…
pasó tu primera comunión,
tu rimbombante boda
dos tercios de tu ilusión
y, -con la jubilación cercana-
ya no te brillan los ojos
ni disimulas las canas.
Descubriendo con asombro
y una amarga desazón
¡que no has vivido!
pensando en ese mañana,
que nunca será mejor
que, lo que el día a día te daba.
Moraleja:
«No te aferres a la vida
ni pretendas entenderla,
vívela con mucho amor
que eso la hace más bella».
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