HORA DE DIVAGAR
Mente ausente que irrumpes en la nada, si tuvieras algo en que pensar, estarías ocupada.
Revuelves y mancillas a aquellos que sus mentes tienen trabajadas. Envidia lujuriosa es lo que padeces, por no tener que hacer nada.
Ilustra tus acciones de mente espabilada. Busca un modo de arreglar tus funciones limitadas.
Estudia y diseña una estrategia que te lleve a buen Puerto. Practica la elocuencia y pon en marcha unos buenos sentimientos.
Verás recompensadas esas tus nuevas funciones. Quedarán en la nada todas tus anteriores malas intenciones.
Ahora que llegamos a este punto, todos podemos estar contentos. Viva la madre superiora, que es la dueña del convento.
AUTOR : Angel Márquez Díaz
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