borrador

Lucia toma su auto, desayuna una manzana, regresa porque olvidó las llaves, las guarda en la cartera y corre de regreso, se choca con el marco de salida, se le cae el celular, se recoge el pelo antes de tomarlo. Avenida San Martin, camino costero, nadie sabe dónde va, nadie incluso ella. En el camino los árboles retoñados, algún ciclista y un puñado de perros, el sol sale en línea recta sobre la calle, y así que la encandila por el reflejo del retrovisor, la relaja y adormece de suave calor. Abre ligeramente la ventanilla y enciende un cigarro, el aire reza frio y agradable. Sin aligerar el paso, Lucia piensa que es tarde, que la estarán esperando en Castillos hace una hora, su café se habrá enfriado sobre el mantel de la mesa, habrán desechado al menos diez hipótesis sobre su demora, se fastidia de pensar, no de lo que ocurre sino de pensar, aunque conoce sin embargo el secreto de la paciencia que a saber no nos lo revelan, sino todo lo contrario, los medios y los diccionarios y los portales web, a saber, amar con ternura la torpeza con que el alma tropieza, dar suaves y recortadas reprensiones a su reaccionar equívoco, ningún otro mejor bálsamo para la educación de sus impulsos. Su mirada de la paciencia le remite a sus remordimientos, sin embargo, a las raíces de su desidia, lo mismo que arroja la colilla hacia la acera, doblando de un sacudón sobre la derecha. Nada de en este mundo le resulta más fácil que quedarse sentada esperando, que abstraerse del conjunto de situaciones que conforman a un espacio y un tiempo. irónica toma su teléfono para ver si hay menajes, irónica desciende del carro y deja relajar los nervios de sus manos. por única vez en su vida no cae en ambigüedades mientras besa la fría arena con su cabello y todo su cuerpo, cuando el aire la ignora y las aves y el mar que se antepone al torrente de sus miedos. La marea creciente lame sus tobillos pálidos. Reverentemente la ignora y la abraza, y ahora sus lágrimas son la masa y la vida del planeta, las olas que la ignoran reverentes y hacen de ella una barca tiesa e inanimada, solariega y misteriosa.