Ayer sorprendí a la noche
fraguando su romance
con mi soledad.

El sublime momento del idilio
Compartirlo, no quisieron.

Se entregaron con derroche
a la creciente ilusión
del diáfano devaneo.

Se amaron sin pretextos
Fielmente.

Hasta que extenuados
decidieron,
esperar en silencio
la pronta llegada
de la aurora.

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