LAS GRAMINEAS
Vuelve la primavera
y me pica la garganta,
pues el polen de las flores
y la alergia de las plantas,
me fastidia cada año
con la fiebre y la mocárra.
Y, mientras poetas y cursis
se afanan en alabanzas
a flores y pajaritos,
yo estoy que reviento
y a nadie le importa un pito.
Triste situación la mía
en esta estación maldita,
que sudando como un pollo
no me quito la levita,
pues tengo la piel sembrada
de granos y salpullido
-y además de dolorido-
no tengo mi cuerpo serrano
para ser medio exhibido.
Así pues…
-meteorólogos en general-
mandarme la blanca nieve
para poder respirar,
y esos insignes poetas
que se ballan a esquiar
o, ¡hacer puñetas!.
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