POR JUSTICIA Y HUMANIDAD

Ojos que miran sin ver

lágrimas que absorbe la boca,

agrietados labios que al reír

aflora en ellos una mueca.

Triste semblanza de un rostro

que adolece de atractivo,

pues el hambre y la miseria

lo dejó por el camino.

No doy crédito y, lo veo.

En el siglo que vivimos

con dividendos en alza,

veo tal…desesperanza,

que las tripas me corroen

y la vergüenza me alcanza.

Haciéndome el distraído

y esquivando su mirada,

le entrego unas monedas

como si ello me exculpara.

Y, siento rabia por mí

por él, contra él… contra el mundo.

Pena y rabia contra aquel,

que gozando del poder

se acomoda en el sillón,

y el muy maldito C- – – ón

vive, como un Pacha.

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