EN LA PLAZA

He tenido un mal sueño

en el cual, me hacía torero

y lidiaba en grandes plazas

miuras de pelo en pecho.

Era envidiado y querido

con poder y con dinero,

con mujeres a mi alcance

de trono y de ensueño.

Y, cuando mejor lo pasaba

y todo, era tan bello

el pitón de un toro bravo

por poco me quita el resuello,

acabando con la lidia

con mi gozo y… con el sueño.

Sobresaltado en la cama

y, con el susto en el cuerpo

apenas recuerdo detalles

pero sí, un buen consejo:

«La vida tiene mil lances

torea y hazlo sin miedo,

recréate en la faena

y, se tu mismo en los quiebros,

¡que disfrute el tendido!

respeta al toro que es fiero

pero noble, cual la vida

si se toma con sosiego».

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