ME FALTO VALOR PARA SEGUIRTE

ME FALTO VALOR PARA SEGUIRTE

Reniego del mundo

y me odio yo.

En jaula tapiada

mi canario no respira.

No despereza sus plumas

tras la salida del sol.

No bebe de ese rocio

que en la rosa se quedó.

No trina tras la ventana

las notas de su canción.

No picotea los labios

de su amado gorrión.

Barro en las entrañas

incredulidad en la mente,

sin riego en las venas

el corazón ausente.

¿Que pasó?

La brisa, que era mi vida

el viento se la llevó.

Chirrían los goznes

de la vieja cancela.

La alargada sombre del ciprés

empuja mi espalda.

Mis pies de adobe

mezclan su miseria,

con la desterrada alfombra

del otoño.

Y, en ese sendero

entre ninguna parte y el olvido

juego a no ser yo,

negando la existencia

de haber existido.

He de perder la razón

si he de segir viviendo.

No me queda ni el dolor,

tan sólo la obligación

de morir dos veces.

Como los cobardes.

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