En tus ojos, la alegría que no ha muerto
como las esperanzas de un joven, que ama, ríe, y no sufre
porque al crecer, todo se acaba, todo.
En tus ojos, miro la llama que en mi murió
porque mis sueños han muerto, junto al amor verdadero
por el cual peleo inútilmente, esperando ser amado
aunque sea por un fantasma, al cual aferrarme,
como un recuerdo, al cual abrazo, y lloro junto a él.
Quisiera ser como tú, libre, feliz y amado
volar en el cielo, y mirar desde lo alto
la verdadera belleza y no la que conocemos hoy, la que se compra
o alquila, si no el verdadero amor, el inocente, el cual yo de rodillas
espero para ser amado, con una nota escrita, con mis lágrimas,
y desamparos, pero mío al fin, algo mío para ella…
Ojalá tuviera el valor, que tu posees, para acercarme a ella
como lo hiciste tu con Wendy, tu amiga, y amada, pero yo, joven Peter,
soy grande, mis sueños, imaginación e ilusiones murieron…se fueron…
Quisiera pedirte, que me lleves, quisiera que me enseñes a volar libre
entre los sueños felices y no las pesadillas que me rodean,
me gustaría poder decirle al igual que tu con Wendy lo mucho que ella me importa, lo mucho que le quiero, aunque ella no lo entienda aunque ella no lo sepa, quisiera que ella lo supiera, como tú con Wendy mi joven Peter.
Luis Beneras
«El Poeta Triste.»
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