Descansa en las puertas
De tan mágico palacio
El almíbar más delicado;
En los jardines la suavidad,
La ternura única, tan mística.
Se observa a través de sus ventanales
La pureza, la vitalidad,
La esencia de la vida misma;
Y la cubre y protege la simpleza,
La paz, la compasión,
Junto con la comprensión
Envuelta en una armonía inequívoca.
Reposa en su interior la belleza,
La sutileza, la majestuosidad.
El amor, cariño y la pasión
Son esa flama siempre encendida
Que todo lo ilumina
Y lo hace tan atractivo
Tanto para los ojos
Cómo para el alma misma.
En él habita el resplandor
De la magia, de la felicidad,
De la vida bien vivida.
Más, sólo se revela ante quién
Con mirada verdadera lo admira,
Lo aprecia y se cautiva.
Es ella ése palacio de ensueños,
Donde todo se oculta a simple vista;
Donde el día y la noche
Son mucho más que,
Un transcurso de tiempo
O una unidad de medida.
Es allí donde realmente
Tiene sentido vivir la vida.
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