Puedo sentirlo,
sus vibraciones son el soneto del amor,
si ella quisiera podría indicar el precipicio
y yo saltaría, sin duda lo haría.
Prometio quedarse,
acompañarme en cada cena,
observar la chimenea,
encontrarle amor a mis defectos,
pero al primer fuego se hizo ceniza,
en algún beso decidió frenal,
leer nuestra historia como un cuento,
ponerle una moraleja
y colocar el punto final.

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