Cuenta a saldo

Me condenas, me juzgas,
sin declarar tu desliz,
apuntas pero no jalas,
señalas y te escondes,
olvidas lo que hiciste.

Nunca pedí que te enamores,
seríamos amigos sino lo quisieras,
sin sospechas, sin enrredos,
debíamos ser capitán
y marineros de nuestro amorío.

Te hiciste una figura, nada real,
dijiste: el tiempo ha llegado deja de soñar,
mientras que al lado de otro soñabas, reías e intuias que lo sabía
¡Al carajo mi paz!

Ahora el infierno arde,
demonios huyen
y juras cambiar,
cariño
lo siento,
necesito gritar,
si las circunstancias fueran distintas
estoy seguro que volvería a ti.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS