NOSTALGIA

Vagabundo solitario

errante del mundo,

alma en pena y siempre sola

dime tú, que tanto has visto

tú, que no tienes cadenas

tú, que sin familia ni empleo

no conoces de hipotecas

ni de pagos que te venzan

a trinta sesenta y noventa,

tú, que por no tener nada

nada temes y nada esperas,

tú, que al no estar atado

a esa pesada cadena

ves con distintos ojos

todo cuanto nos rodea,

Dime todo cuanto has visto

háblame, de las cosas pequeñas

-que pequeños somos todos

aun soñando con grandezas-.

Háblame de tu tiempo perdido

descansando en la floresta,

con una brizna de hierba en tus labios

bostezando tras la siesta.

Dime, si todavía las flores

en su despertar matutino

parecen llorar gozosas

con las gotas del rocío.

Dime, si aun trinan los pájaros

si se arrullan en sus nidos

si se comen las migajas

los tragones gorrioncillos.

Dime, si en los rios

que de forma caprichosa

van rodando a su destino,

sigue habiendo entre sus piedras

esos lindos pececillos.

Dime, si saltan las ranas

si siguen cantando los grillos,

y si la brisa al mecer las espigas

te arrulla con su murmullo.

Dime, si en el cielo

en las noches que son claras

se ven brillar las estrellas,

mientras la luna coqueta

por el sol engalanada

nos alumbra con sus rayos

inspirando mil baladas.

Dime, que aun hay amor

que la ternura existe,

que hay lagrimas y hay calor

que nuestra alma es sensible

y aun llorar podemos

por la causa mas simple:

por un animal herido

por un pajarito triste

por el llanto de un bebe

que no sabes que le aflige,

o, por una flor

que marchita al arrancarla de su tallo

tiende pronto a extinguirse.

Y dime, que quiero oír

-aun cuan piadosa mentira-

que en esta vida mezquina

puede surgir el milagro

de ser cuerdos otra vez,

de vivir sin sobresaltos

con la paz en todo el ser

y una sonrisa en los labios.

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