Martamorfosis.

MARTAMORFOSIS

-¡Mateo, Mateo! Exclamaban los señores UrtuPey mientras, del otro lado de la puerta Marta temblaba de miedo…

La familia UrtuPey vivía en los aledaños deCorrientes, en un pueblo bastante perverso. Era de las familias más respetadas y siempre fueron conocidos por ocupar cargos políticos desde que se fundó su pueblo. El señor UrtuPeysiempre fue muy estricto, al ser el pilar de la familia nadie debía pasar por sobre él, muchas noches los vecinos se reían al escuchar los gritos de sus hijos cuando él los golpeaba, pero eso no era lo más doloroso tenía la capacidad de lanzar palabras con el filo de una aguja, tan pesadas que sus hijos nunca pudieron levantar la cabeza. Sin embargo éste no era el único peso en el lomode los chicos UrtuPey, su madre, doña Valverde también hacía de las suyas, una mujer muy poco empática quien nunca leía las cartas que sus hijos le hacían, tan fría como la misma nieve.

Y así crecieron Mateo y Pedro UrtuPey, nadando en gelatina, metiendo 6 de cal y una de arena, aunque tenían el consuelo de saberque no eran los únicos en esta situación.

Desde muy gurises Mateo y Pedro, jugaban con Martín, el hijo de un colega de su padre, en la iglesia o en la escuela, él no era un niño feliz debido a que sus papás nunca le dedicaron su tiempopero sí muchos juguetes, los cuales nunca dudó en prestar a sus amigos. Así se creó una amistad muy sana, los tres amigos se pasaban las tardes jugando, prestándose juguetes y sonrisas, revocando vacíos con amistad.

El tiempo corrió, cuando Martín, Mateo y Pedro eran felices, pero no dudó en caminar cuando llegó la desgracia. Una tarde de abril el cuerpo del padre de Martín fue hallado hamacándose desde el cuello en un árbol. Su madre no soportó la noticia e inmediatamente después del velorio partieron para Buenos Aires. Mateo y Pedro jamás pudieron despedirse…

Pasaron diez años y las cosas en el pueblo seguían igual. Pedro no toleró los castigos de su Padre y en cuanto tuvo la oportunidad se fue con la excusa de estudiar politología en Buenos Aires.Sin embargo lo tuvo que hacer con la condición de que Mateo se quedara. Porque alguien debía quedarse, cuidar la casa, cortar el pasto, estar a disposición enla iglesia, etcétera. A Mateo le costaba aguantar los golpes al principio, pero a medida que su padre fue envejeciendo dolían menos. Lo que hizo que don Urtupey tuviera la necesidad de recurrira otros métodos más efectivos, el rebenque, las piedras, y el maíz. El maíz era un castigo cotidiano en el pueblo, pero don UrtuPey se las ingeniaba para hacerlo más entretenido, sentándose sobre Mateo cuando éste apoyaba las rodillas sobre los granos y en ese momento le recitaba lo inservible que era. Mateo UrtuPey era un esclavo, pero no le importaba pues había perdido el sentido de la libertad hace tiempo.

En Buenos AiresPedro logró contactar con Martín vía Hotmail y lo invitó un café. Inmediatamente en su primer reencuentro notó algo muy raro en él. Ya no era el nene flaquito al que no lo gustaba jugar a la pelota. Ahora tenía una cintura muy fina, parecía haber comido mucho pollo porque le había crecidonotablemente el busto, el pelo largo y en la cara tanto revoque que hasta lograba disimular su barba. Consigo llevaba un pañuelo verde, un bolso marrón yun montón de ideales.

-Pedro, Pedro, vení, sentate – Dijo Martín, o Martina, o Marta u otro nombre que no era del conocimiento de Pedro aún…

Pedro tardó en reaccionar, hasta que se dio cuenta de que era su amigo y tomó asiento -Martín, ¿Sos vos? Disculpano te conocí es que estás bastante cambiado.

-Sí ya sé, debí habértelo dicho antes. Es que pensé que no ibas a venir sí te decía que ahora sí soy mujer. Bah siempre lo fui por dentro pero ahora también por fuera. Ah… y en este momento legalmente me llamo Marta.-

Ambos corrieron sus sillas, se pararon y se dieron un fortísimo abrazo de reencuentro. Hablaron bastante y revivieron viejos tiempos. Pasó un mes y se volvieron a hacer muy buenos amigos. Ya no jugaban a ser reyes, cambiaron las espadas por cervezas y los dibujitos por debates.

A la mujer de Pedro no le gustaba que su marido tuviese un amigo transexual. Loque llevó a Pedro a dormir más de una vez en el sillón. Eso no dañó la amistad de Marta y Pedro, en muchas ocasiones fueron a marchasde pañuelos verdes, naranjas o en apoyo a las universidades públicas. Pedro también poseía muchos ideales y Marta lo seguía en todas, pues ésta era una mujer con muchas pelotas.

Una noche Pedro llamó a Marta, le pidió que lo acogiese en su hogar y ésta abriósus puertas sin dudar. Conversaron sobre lo sucedido, la mujer de Pedro lo había echado, pues le repugnaba su amistad conMarta, la despreciaba, porque tenía miedo de perderlo, pero Pedro no largó una palabra sobre esto y trató de disfrazar la situación lo más leve posible. Pero no lo soportó, explotó en llanto, Marta intentaba contenerlo acariciándolo con sus manos ásperas, lijándole la tristeza. En ese momento Pedro se sintió tranquilo, por un segundo la vida se volvió calma,no existían discrepancias entre las manos de Marta y sus mejillas, y sus ríos dejaron de correr y sus pajaritos se posaron y el silencio se encargó de dar las buenas noches.

Marta miró a Pedro dormir en el sofá muchas noches. Lo contemplaba de una forma tan inocente, como la que los astrónomos contemplan a laluna, o un niño a su madre.De una manera sana, en la que percibimos a lo que admiramos o lo que nos pinta alegría, lo que nos libera pero nos ata a la tierra, lo que no tememos a perder pero somos conscientes de que sí lo perdemos, la capacidad de levantar las comisuras labiales partirá para siempre. Dichosos los que son contemplados así y compadecidos los que perdieron esos ojos.

Un día muy frío, Marta y Pedro salieron por un café. Lascalles por un momento se despintaron de verde, y se pintaron celeste y blanco. Los gritos de la ciudad callaron y solo reinaba el silencio, en el bar los ojos de la gente abrazaban con desprecio al televisor, también se decía que caninos conformaban la selección de fútbol yéstos eran dirigidos por un burro. Como si fuera poco, en las calleslas paredes tiraban el dato de que un gato era presidente, que solo comía Wiskas y era facho. Esto parecía ilógico pero además se decía que hace décadas el gobierno había quedado sordo y no escuchaballover gritos del pueblo, que imploraban la aprobación de una ley, que era para que no se mueran más pibas. Una ley con la que Marta y los UrtuPey estaban muy familiarizados, por la que los papás de Pedro se distanciaron con el padre de Marta y por la que Marta debía volver…

Un lunes empacaron todo, como habían acordado para salir. En las calles solo se oían caravanas, hasta que sonó una bocina pero del celular de Pedro, era su mujer, los ojos se le iluminaron, le había vuelto el alma por un segundo, pero en el segundo segundo recordó que si apretaba responder, volvería alpanóptico, lo que no era tan malo como se oye pues con ella era libre aunque de otra manera. Pero aun así perdería la aventura de ir a luchar en esa especie de campo de concentración que le esperaba en su pueblo, también sabía que él era elopio que liberaría a su hermano y la bofetada de moral que neutralizaría la maldad de su padre. Después de una gran reflexión cesó la tormenta en su psiquis y pudo rechazar la llamada debido a que creía que solo sería un “hasta pronto” y una vez que terminase su aventura arreglaría las cosas con sus esposa. Pero éste “hasta pronto” solo era válido para creyentes pues su esposa no soportó el dolor de su partida, fue devorando angustia, pánico y melancolía las semanas que él estuvo ausente, acumuló tantoque el sufrimiento se le hizo insostenible y esa llamada rechazada fue su verdugo. Segundos después ella colocó el cañón entre sus labios y sintió el invierno en ellos, deslizó sus dedos hacía el gatillo, yun calibre veintidós le dio el beso de la muerte, las paredes quedaron pintadas de desgracia, una macabra postal que esperaba a Pedro cuando volviese de ser héroe, una obra de arte a la que yo llamaría “arrepentimiento.”

Emprendieron el viaje, una tormenta perseguía el ómnibus en el que se trasladaban, cuando éste los dejó seguía ahí, en persecución, con la ansiedad de empaparlos o purificarlos o quizá limpiarlos de la libertad de la metrópoli que tan mal vista es en ese pueblo sombrío. Finalmente la lluvia los azotó tan fuerte como lo hacía su padre cuando estaba enojado, tan fuerte como la desgracia que había sufrido pero aún no estaba enterado. El maquillajede Marta se fue corriendo hasta dejar su cara desnuda, ya no parecía ser ella, parecía ser Martincito pero con barba, manicura y tetas. No podían ir a la casa Urtupey pues no aceptarían a una persona transexual de ningunamanera, es peor, quizás los dejarían pasar para sedarlos y torturarlos hasta matarlos. Entonces decidieron ir a un bar para que Marta se maquillara lo mejor posible y así poder entrar a lo de los Urtupey e indagar y encontrar las pruebas necesarias para que lo quitasen del puesto al señor. En el bar todos miraban a Martín con desprecio, salvo uno que otro pelmazo que le miraba el busto. En ese momento Pedro pudo ver la verdadera transformación, la oruga babosa, el desecho de la naturaleza, el patito feo entró al baño. Pasó bastante tiempo, y a la gente no le gustaba mucho que Martín esté en el baño del bar, a Pedro lo empezaron a apurar y éste se inquietaba cada vez más. Cuando de repente del baño salióuna reina,con los labios vestidos de pasión, las mejillas ruborizadas y sobre sus rubíes un sombreado perfecto y unas pestañas tan arqueadas que al pestañar simbolizaban el aleteo de la mariposa, del cisne y de lo más prestigiado de la naturaleza.

Cuando salieron del bar la lluvia ya había cesado, se dirigieron a lo de los UrtuPey. Tuvieron la suerte de que estaban en la iglesia y en la casa los atendió Mateo, o lo que quedaba de él. Éste estaba irreconocible, sus ojeras tocaban el piso, su cara estabamuy delgada, como su cuerpo y a su cabeza la adornaban solo varios pelos. Pedro abrió los brazos y dijo -¡Hermano!, Soy Pedro, ¿Cómo estás?-Mateo lo miró indiferente y extendió su mano negando el abrazo. – ¿No me querrás abrazar, no? Ya estamos grandes, se ve que la ciudad te dejó bastante mariquita…

¡PUM! ¡PUM!

Del lado externo de la psiquis de Mateo, Marta, su novia lo intentabareanimar. Se había desmayado al recibir la noticia de que estaba embarazada, ella no lo podía despertar ysus padres, los verdaderos señores Urtupey golpeaban la puerta. Marta les abrió con sus manos temblorosas que ahora eran de mujer, ellos pasaron he hicieron todo lo posible por despertarlo. Pero cuando cayó se golpeó muy fuerte la cabeza y casi se rompió el mate…

Otra vez en su psiquis

Mateo dejó pasar a Pedro y Marta después de esa peculiar bienvenida. Pedro se había dado cuenta de que su hermano ya no era el mismo, éste era lo único que cambio en el pueblo, y lo entendía <<Quién sabe las aberraciones que debió soportar>>

Ni bien entraron Mateo le tiró la manada entera de galgos a Marta, esta era irresistible, ya no era una oruga, ahora era una mariposa, un cisne, una estrella de Telefe pero con Premio Martín Fierro. Marta Aprovechó y se hizo pasar por distracción para dejar el camino libre a Pedro. Mateo solo había estado una vez con una mujer, que fue una prostituta, con la que lo llevó su padre de niño, y entre tantos traumas no sabía cómo hablarlea Marta. Cuando estaban en el cuarto donde Pedro no podía escucharlos Mateo intentó violarla, la sujeto de los brazos y la puso de espaldaspero no contaba con que Marta, podía cambiar otra vez, y sacar de adentro una fuerza descomunal. Ella le pegó un talonazo en la entrepierna, y cuando pudo darse vuelta lo sujetó del pescuezo y con sus manos hizo una morsa hermética que cada vez comprimía más. Marta no sabía pero le estaba haciendo un favor al degenerado, porqueMateo ya no era su amiguito inocente de la infancia, ahora solo era un cerdo baboso, que había muerto hace mucho en manos de los castigos de su padre. Finalmentele apagó la tele pero siguió unos minutos más, <<Para acabar con todas las pestes>> pensó, le dio un beso en la mejilla seguido de un –Te quiero amiguito, adiós.– bajó y en la cocina se apropió de un tramontina, caminó hasta el estudio del señor Urtupey y allí estaba Pedro de espaldas hurgando entre los papeles de su padre –Se durmió, estaba muy cansado- le dijo, y él respondió – Sí, me imagino lo deben tener trabajando como mono. ¡Che! no encuentro los papeles de los que me hablaste.– Y antes de que diga algo más sintió un dolor agudo en la espalda. Era su amiga que se había acercado, y con un cuchillito le había perforado la espalda hasta llegar a hacerle una caricia al pulmón, él cayó de rodillas, no lograba comprender nada, comenzó a dejar caer lágrimas pero Marta era piadosa y no quería que sufra, porque él era bueno y la quería por lo que tenía adentro, pero no como ella quería que la quiera, entonces puso los dientitos del tramontina en su garganta y de un solo movimiento lo degolló. La razón por la que lo mató era tan misteriosa que ni Mateo, el autor del sueño la sabía, ni yo, el mismísimo narrador, y ni vos, el lector que le da vida a este relato.Me animo a decir que esa razón estará oculta siempre. Porque ni el mismo Freud se animaría a ser incisivo en los barrancos de la mente de Marta.

Ya había pasado una hora de los siniestros y Marta seguía detrásde la puerta, ya habían sonado las campanas de la iglesia, pero los señores Urtupey no venían. Y Cuando Marta comenzó a sentir la fatiga, y la impaciencia comenzó a apoderarse de ella, entraron cinco tipos, la vieron y la mataron.Porque ella había molestado al señor Urtupey y con él no se jode.FIN

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