Instantes de un viajero

El gran Pedro, a quien lo conocía todo un pueblo, yo recién me lo encontraba. Dueño de una panadería que quedo a su cargo por herencia familiar. Cada mañana repartía el pan a todos los locales y restaurantes de los pueblos cercanos de Bermeo, y cuando se cruzaba con turistas perdidos como yo, tenia la amabilidad de hacer de guía en ese viaje que emprendían.
Pero él, no solo tenia ese negocio, sino que ademas era licenciado en psicología y bellas artes. Varias de sus pinturas, cuadros, estaban colgados en los populares y típicos bares, cantinas de los pueblos que rodeaban la costa de Bizkaia.
Si hay algo que no me olvido es de sus enseñanzas sobre la vida, la profesión, la vocación, las elecciones, decisiones que tenemos como seres humanos, aciertos, errores y las pasiones. Ese día me relató mientras recorríamos cada paisaje escondido, su vida, sus sueños, su historia y yo a el la mía. Conocí los típicos lugares vascos, con su gente, costumbres, comidas y lo mejor, el amor que todos los oriundos de allá tenían por las olas y el mar. Pedro y su pasión por la contemplación del ruido de las olas cuando golpeaban las rocas, algo que me marco mucho. Sonriente y feliz, me transmitió su admiración por la naturaleza y pensar en que la vida nos presenta muchas oportunidades que a veces por ceguera dejamos pasar, que por miedos no nos animamos a arriesgarnos por lo que queremos y que con esfuerzo y convicción todo se logra. No solo eso, sino descubrir las tantas cosas en común que teníamos. Entre ellas, la música, los viajes, la cocina y miles mas¿Porque me acorde de el? No solo porque recibí su mensaje compartiéndome que estaba haciendo ese gran viaje que tanto quería en su moto, sino también porque aquel día, le conté uno de mis grandes sueños y ahí me dijo: “Lo que quieras hacer hazlo y cuando una persona viaja sola, habla mucho de si”. Hoy me pregunto porque será que siempre que siento que avanzo, aparecen piedras que buscan hacerme retroceder o quizás ponerme a prueba en la búsqueda constante que llevo a diario. Y por eso me acorde de sus palabras, que viniendo de un completo desconocido coinciden con las de quienes hoy me rodean “nunca cambies y no dejes nunca de ser así”.
Viajar y recorrer te lleva a pensar, reflexionar, aprender muchas cosas, vayas solo o acompañado y a donde sea que te dirijas sin importar los kilómetros que hagas. Lo que vale es lo que nadie te saca por haber ido hasta ahí y el esfuerzo que hiciste para llegar a donde querías ir…

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