Apresurada por la avenida
Entremetía el típico paso de la huida
Sola, desalineada, y ya recorrida
Explayada y entregada a la vida.
Hasta que se calma
Como suave marea llegando a la arena
Se derrumba
Como un paisaje irreconocible
Y reflexiona:
»Ya es tarde
Es tarde hasta para las tragedias
Doble tan rápido la avenida
Que la parca me perdió el rastro
Fui mas veloz
Que la luz reflectada en mis ojos.»
Y se tumba…
En la plaza de los mil nombres.
Entregada a la vida
Sobre la piedra noble
Frente a todos los hombres
Como una joya perdida.
Ya es tarde para darle
Lo que nunca le brindaste
Agathusia tiritaba de frío
Y tan solo la destapaste
Frente a todos los dioses.
JULIETA IALLORENZI
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