AQUEL RIACHUELO

AQUEL RIACHUELO

Todas las tardes y siempre que puedo, paso por aquel pequeño riachuelo.

En sus cristalinas aguas aún veo tu silueta. Te fuiste y me dejaste, sólo con tu pañuelo.

En él encuentro cobijo. Tu perfume sigue estando entre sus fibras.

Lo respiro y con suavidad con él rozo mi rostro, con tu olor sigo caminando y en un pequeño banco me postro.

Tanto nos amábamos, que seguro estoy que allá donde estés, tu amor por mí seguirá intacto.

Si entre nuestros mundos, hay algún hilo de comunicación, sabrás que yo, con la muerte, he hecho un pacto.

Vivir sin mi pequeña, es morir cada noche y resucitar cada mañana. Si me aseguras que al cerrar mis ojos para siempre, despertaré sin cuerpo, pero junto a mi amada, ahora mismo corto mis venas y mis brazos dejo en el agua.

Quien caya otorga, la muerte no dice nada. Éste, nuestro riachuelo, será testigo de mi último acto, que por ti mi amor, con la muerte yo hice este pacto.

AUTOR : Angel Márquez Díaz