EL EQUILIBRADO SER

EL EQUILIBRADO SER

Serafín Cruz

10/09/2018




ASTRAL

-¡Estoy aquí, amado mío, detrás de ti! Deja reposar tu estado y rechaza tus pensamientos, alberga sólo aquéllos que te hagan ser un alma libre, permítete el auto-crontol porque todo puede ser nada si eso es lo que quieres. ¡Ven a mí! Sólo has de desearlo.

-¡Qué raro!

-Lo sé, pero nada temas. Yo soy la verdadera Yo, la que realmente te ofrece a diario su amor, un amor transparente, pulcro, sin mota de impureza que contamine su cándido Ser, el amor nada temeroso a entragarse por entero porque es inagotable. Es a mí a quien tú amas y es a ti a quien yo amo. Ignora tus dudas porque es verdad cuanto te digo, es la pura verdad.

-¿Y quién es ésa de ahí?

-Ésa es un pronombre erróneo, amor mío, pues eso que ves es materia inerte, algo que vive si yo vivo, que se mueve gracias a mi voluntad, que está porque yo quiero que esté; eso sólo es un envoltorio de carne y de huesos carente de valor, un compuesto impávido sin sentimiento, un vehículo con el que poder desplazarse por el turbio mundo de lo intransigente, lo descabellado y lo podrido; eso es… eso.

-Estoy confuso. Y tengo miedo.

-No eres tú quien sufre ese miedo, pues realmente lo desconoces, son tus adheridos pensamientos, estás adaptado a ellos porque el cuerpo que ves era una pequeña raíz que debía crecer para albergar a tu verdadero Yo hasta llegar a hoy, donde has podido de nuevo abandonarlo. Además, amor mío, eso de ahí no te pertenece, aunque creas que tú eres eso. Tú has alimentado a eso y no a la inversa.

-¿Y por qué quiero volver? ¿Por qué quiero que deje de estar en ese estado catatónico y verlo en movimiento?

-Una vez más son tus pensamientos, mi amor. Cuando hayas conseguido alcanzar mi estado dejarás de temer a la muerte, eso es algo que existe si tus pensamientos te dominan en vez de dominarlos tú a ellos. Haz esto conmigo tantas veces como sea necesario y alcanza la plenitud del alma, sabrás realmente de lo que te hablo.

-¿Puedo amarte a ti y olvidar a… eso?

-Ya lo haces, te lo acabo de decir, sólo que aún no lo sabes porque te niegas, involuntariamente, a saberlo.

-Quiero despertar.

-Hazlo, amor mío, me encontrarás en ese pelele que ahora dormita junto a tu Yo material. Pero no olvides que todo en él es fruto de una sinrazón postergada en el tiempo y alimentada con burdos fines. Aquí volverás algún día, y comprenderás que tu estancia en ese inanimado cuerpo, provisto de tan intrincado dédalo de sistemas (articular, endocrino, circulatorio, etc…), sólo sirvió para retrasar tu aprendizaje. Como es cierto que «cuando el alumno está preparado aparece el maestro» aquí volverás a encontrar a mi verdadero Yo cuando hayas aprendido. Hasta pronto, mi amor, hasta pronto.

***************************

MATERIAL

Sólo fue necesario prestar atención al primer pensamiento para que ella desapareciera, para que se esfumara como el humo. La velocidad era tan desmesurada y la sensación tan imperceptible que no hubo tiempo para percatarse de nada más. Fue como regresar de un profundo sueño, más bien de un letargo.

Su sonrira fue la primera visión que le hizo sentirse vivo.

-¿Qué tal, mi vida?

Él no contestó. Necesitaba esperar un poco más para encontrar fuerzas suficientes como para sentirse plenamente despierto.

-¿Qué te ha parecido?

-Ha sido raro… muy raro.

-Anda, vamos a tomar un poco de té. ¿Quieres que quite la música?

-No, déjala, el sonido de la naturaleza es muy relajante y yo aún estoy a medio despertar.

-Como quieras… ¿Todo bien?

-Necesitaré un tiempo para asimilar todo lo que he soñado.

-No lo has soñado. Como te expliqué al principio, has viajado a través de ti. Te has olvidado del mundo que te rodea, de las cosas que te desligan de tu espiritualidad, te has unido al Universo y has aceptado ser parte de él, y lo que has experimentado es lo que realmente tú eres, sin obligaciones, sin trabas, sin complejos, sin necesidades, sin orgullos, sin odios y sin ninguno de esos lastres que cargas a diario por cientos de motivos que ni compartes siquiera, pero que asumes como si fueran una parte más de ti y que, incluso, te hacen sentir mal si te faltan.

-¿Qué estás diciendo?

-Estoy haciéndote entender la necedad del ser humano. Nos unimos a las modas y caemos en una enmarañada telaraña que nos obliga a cumplir una serie incomprensible de idioteces que nos distancia de nuestro Yo sereno y de paz; nos subimos al tren de los horarios y nos encadenamos a un reloj para estar todo el día pendiente de él y de sus prisas, pero perdemos la paciencia y nos volvemos huraños con nosotros mismos, así nos perdemos la belleza del camino y no encontramos la tranquidad ni el equilibrio; seguimos las voces que nada nos dicen pero que, con su constancia, nos induce a un sinvivir que no nos atañe…

-¿Qué voces?

La televisión, la prensa, la radio, los políticos, los amigos con sus historias… Nos meten por las orejas tantas cosas absurdas que llenan de vallas nuestro día a día, y nos convertimos en borregos, porque ser parte de ese ciego rebaño es lo que consideramos normal, cosa totalmente incierta, ya que hemos dejado a nuestro Yo excluido y sin opciones a objetar. Todo eso hace que el Ser viva atrapado, exento de libre albedrío y sin valores que lo enorgullezca.

-Pero somos materia, quieras o no, y esas obligaciones y ataduras de las que hablas son las cosas que nos encontramos cada día, ¿cómo evitarlas?

-Nos las encontramos porque nosotros mismos las ponemos, aportamos nuestro granito de arena para que sigan ocurriendo.

-No te entiendo.

-¿Sabes por qué hay suciedad en las calles? Porque nosotros las ensuciamos; ¿sabes por qué hay tanta contaminación? Porque nosotros lo contaminanos todo, porque no empatizamos con la naturaleza y la violentamos allá adonde vayamos. Eso es lo que realmente pasa, y de igual modo ocurre con nuestro Ser, que lo ensuciamos una y otra vez, hasta contaminarlo, por eso nuestros pensamientos nos atan a este trozo de carne que llamamos cuerpo y abortan la libertad de nuestro Yo real.

-¿Y adónde nos conduce ese Yo del que hablas?

-A la conexión, a la parte pura de nuestro Ser inmortal y universal, a lo divino, a la pulcritud del alma, al verdadero amor…¿Recuerdas que te dije que cuando el alumno está preparado aparece el maestro?

-Sí.

-Pues sólo dejarás de cuestionar mis razones cuando me veas como a ese maestro. Por favor, trata de aprender… quiero que estés preparado para lo que, tarde o temprano, tendrás que asimilar.

FIN

EL EQUILIBRADO SER

serafincruz1962@gmail.com

Derechos de autor.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS