Dulce y solitaria alma errante

Dulce y solitaria alma errante

Alexandra Acaro

09/09/2018

Desde muy lejos, sentí tu aroma místico y natural, esa esencia pura de tí. Fui caminando y te encontré, estabas allí recogiendo rosas de muchos colores, muy extrañas por cierto.

Mientras me acercaba a ti, iba perdiendo el oxígeno, cerré los ojos unos momentos y cuando los abrí estaba muy arriba, allí con aquellas nubes celestes las cuales eran muy cálidas. Tu estabas frente a mis ojos, y yo sabía que tú podías elevarme alto pero también sabía que tu podías mucho más que eso . Mientras tu te acercabas a mí, yo en mi mente imaginaba tu dulce asesinato. Antes de mi ataque, te hice caminar en círculos, siguiendo tus propios errores.Para ti fue una tortura demasiado cruel, para mí no fue nada. Te acerqué el cuchillo lentamente a la altura del corazón, pues yo solo buscaba la verdad dentro de ti. Después de mucho, pude extraértelo, estaba tan lleno de pecado y para sorpresa descubrí que yo era el sacrificio virtuoso para el sufrimiento de tu pasado.

Mis sangre y mis lágrimas fueron tu dulce medicina sanadora para tu frágil y débil corazón.

Cuando al fin logré absorber la verdad, mi ser estaba gozando de tranquilidad. Algunas sirenas se despidieron de ti cantando aleluya y mi espíritu se fue con ellas.

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