Las letras grabadas en mi calendario, anuncian el cambio de luna; quizás no sea prudente pero cada cierto tiempo esto se vuelve más concurrente.

Poco a poco me voy balanceando de un lado a otro en esta hamaca, dentro de la cual emerge un sonido similar al compás de una sonata.

Los animales nocturnos son los que empiezan a formar parte dentro de esta escena, a fin de cuenta son ellos los protagonistas de lo que realmente nadie espera.

Mi respirar empieza a cambiar cada vez más, cómo cuando tu niño interior empieza a correr por la alegría que se transforma en felicidad.

Más que una alegría; es el sentimiento de paz, calma y tranquilidad que es transmitido por el claro de luna.

El cielo cada vez más se vuelve infinito, las nubes empiezan a danzar de un lado hacia otro, hasta cierto punto que acobijan a las estrellas.

— ¿Cuándo será que volverá a pasar todo esto? — pregunta mi niño interior.

— Quizás en el próximo cambio de luna — le contesté

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS