Amigo hallado por casual providencia:

Mi hermano eres sin un lazo de sangre,

Si herido quedo por tu mala influencia

Tu cuerpo entero dejarás que desangre;

.

Tu buen consejo limpiará mi camino

De bruscas piedras que mi andar entorpezcan,

Tu mano firme le pondrá a mi destino

las salvas justas que a mi bien favorezcan;

.

Pondrás tu hombro si llorar necesito,

Serás mi oído en mis ratos de ausencia,

Pondrás tu escudo si, vencido y contrito,

Ves apagada mi eclipsada presencia;

.

Tendré descanso, confiado en tu sombra,

Sabiéndome a salvo del cruel enemigo,

Daré luz verde si tu boca me nombra,

Me haré de hierro si combato contigo;

.

Bandera blanca lucirá mi azotea

-insignia clara de mi estado apacible-,

Seré la frente que tu sudor gotea

Sintiéndome justo, fuerte… invencible.

.

Amigo hallado por casual providencia,

Bendito el día que a mi vida llegaste.

Con fe de ciego actuó tu conciencia,

Mi noble alma con tu alma ganaste.

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