Aprendiendo a ser líder

Aprendiendo a ser líder

Luis Araujo

03/08/2018

Les pregunté a amigos y colegas cuáles eran las frases más inapropiadas, que según ellos, habían escuchado alguna vez decir a jefes, líderes o personas que tuvieran personal a cargo, y completamente al azar transcribí las siguientes:

Primero desconfiar, luego pedir disculpas

Los empleados necesitan más pan que respeto

Llevate una carpeta con papeles vacíos y decí: tengo todo esto contra vos

Puedo poner un simio que apriete ENTER y puede hacer el mismo trabajo

No se paga para que piensen, se paga para que trabajen

Tienen que agradecer que aquí se paga el sueldo en fecha

Cada tanto hay que echar a uno para que el resto tenga miedo y no joda

Un pensador francés (Dupuy) afirmó hace un tiempo que “…la humanidad ha alcanzado, en el transcurso del último siglo, la capacidad de la autodestrucción…”.

Es inevitable no encontrarnos condicionados por el contexto en el que desempeñamos nuestra labor: es natural y necesario que los líderes estén alineados a la misión de la organización.

¿Cómo construimos nuestro liderazgo?¿Qué tipo de líder o jefe queremos ser? ¿Cualquier persona puede tener gente a cargo?

De diccionario:

Capacidad: “Conjunto de condiciones, cualidades o aptitudes…que permiten el desarrollo de algo, el cumplimiento de una función, el desempeño de un cargo…”

Aptitud: “Capacidad de una persona o una cosa para realizar adecuadamente cierta actividad…habilidad natural…”

Actitud: “Manera de estar alguien dispuesto a comportarse u obrar…”

Quienes tuvimos la posibilidad de ejercer posiciones de liderazgo seguramente hemos cometido errores: de eso también se trata aprender. No dejo de pensar la primera vez que me dieron la posibilidad de estar a cargo de un área de 300 personas: en un Excel tomaba nota de todo lo nuevo que sucedía en la gestión de personas para focalizarme en lo verdaderamente importante: el problema o el indicador a tratar, cómo lo había resuelto y un tercer campo con observaciones que modificaba continuamente (debería haber hecho tal cosa, debería haber respondido tal otra, no repetir, bien gestionado, etc.). Por suerte contaba con un excelente equipo de trabajo en el que podía apoyarme y compartir las vicisitudes diarias.

Con el tiempo descubrí que permitiendo el desarrollo el potencial del otro fue posible ir desarrollando también mi potencial, me permitió construirme como líder y cómo profesional. También a reconocer que hay personas que serán más competentes para lo técnico, otras para lo intelectual (la lista es interminable) y otras, tal vez para dirigir, pese a la necesidad de multitasking que cada vez más nos exijan las organizaciones, el mercado y nosotros mismos.

Alejandro Melamed sostiene que “…el gran dilema es mantenernos vigentes sin perder la humanidad…”.

Otro colega me dice: no puedo evitar evaluarme cada vez que leo en Linkedin “…las nuevas competencias esenciales que todo líder debe tener…”, y luego agrega que asiste regularmentea un curso de coaching para líderes.

Quizás un efectivo liderazgo sea el resultado de un camino donde se aprendió de los errores, propios y ajenos; ser creativos, constantes, saber escuchar, trabajar con previsión. Y no olvidar que todavía estamos a tiempo de adquirir la capacidad de ir construyéndonos, cada vez.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS