Lo llamaré “profundo”

Mis más profundos deseos guardados en lo más profundo de mi ser. Esta bella idea que robó mi corazón. ¿Cómo? Aseguro que desde el principio, no lo hizo, pero negarse al corazón es como negarse a respirar. No podría explicar cómo mi vida va corriendo, difícil de explicar mi pasado, aunque común, debería decir. No pasé por grandes acontecimientos, hasta este momento… Esta idea me ha dejado sin palabras, como un silbido anunció su llegada, superando cualquier expectativa de amor, felicidad, tristeza, desigualdad; llenó mi cabeza de escenas e imágenes sin siquiera mencionarlas.

Su llegada fue algo previsto, pero no de tal magnitud. Originó en mi mente su recuerdo permanente, subestimé su capacidad, juzgué la portada… Y estas imágenes cada vez aparecen con más frecuencias, dejando volar mi imaginación; extraordinariamente revolotea esta exquisita fantasía donde en un cuarto sin miras revelamos los secretos que prometimos jamás mencionar, dejando las máscaras atrás, y otras cosas… Con una mirada silenciosa nos gritamos el misterio de nuestras vidas, con cada beso nos conocemos más, y con la luz de la luna damos a conocer lo que poseemos, con el sentido más vago que nuestra fisionomía nos puede ofrecer. Sentimos cómo todo se une de una manera tan intensa; sin palabra alguna continuamos de mortales en un mundo de dioses… Sentimos la cercanía aun cuando hemos dejado de estar, y solo bajo la luz de este astro que nos acompaña veo a ese ser: La idea que se desvanece mientras regreso a la realidad con el eco de la fantasía en mi mente.