EL MEJOR DISFRAZ DE LA VIDA

Hoy no usaré el mejor disfraz de mi vida, ese que me pongo a diario cada que despierto y dejo de ser yo, transformándome en lo que todos quieren que sea; ya que vivimos sumergidos en un mundo que vive de las apariencias.

Hoy no me pondré rojo carmín en los labios para resaltar una sonrisa hipócrita, que fingirá una vida perfecta y feliz frente a las personas que al igual que yo se están desboronando.

Me ahorraré las tres capas de rímel en las pestañas, y el delineador que hace que mis ojos resalten, y no reflejen tanto la tristeza.

No cubriré mi rostro con una base de maquillaje que hará que mi piel se vea luminosa. Ni me pondré el rubor sobre las mejillas que hace que me vea sonrojada, así como cuando ríes de felicidad.

No vestiré el vestido más caro, lujoso e incómodo que guardo en mi closet para las ocasiones más especiales, ese que me da estilo, estatus y que me hace atractiva por marcar mi figura.

A diario maquillamos nuestras inseguridades, miedos, conflictos, tristezas, temores y hasta nuestros pensamientos. Nos sometemos a un mundo que no nos llena, en el que luchamos a diario por aparentar ser alguien para sentirnos incluidos en algún grupo social, pero no contamos en que ellos al igual que nosotros, están en búsqueda de agradar y pertenecer, dejando de lado la autenticidad.

Abraham Lincoln, dijo que al nacer es la única y última vez que un hombre es libre, y tiene razón, después de eso nos programan para ser de una manera, adaptarnos a una sociedad en la que existen ciertas creencias, costumbres, estilos de vida y gran cantidad de otras cosas.

Castigamos la autenticidad, llamándola “rareza”, ¿cuántas veces hemos visto como molestan a las personas que piensan de manera diferente?, padecen por ir contra corriente de una sociedad que puede que no tenga la razón.

A diario usamos una máscara, presentándonos con ella como buenas personas, y esto no quiere decir que no lo seamos, pero al final nos terminamos mintiendo a nosotros mismos de las cosas que en verdad nos acontecen. Pretendemos tener interés a ciertos acontecimientos, que normalmente no nos interesarían, y negamos nuestros gustos más culposos, para no dejar de embonar.

¿Te has mirado fijamente frente a un espejo?, ¿eres realmente tú, tal cual quieres ser?, ¿te has puesto a llorar viéndote fijamente al espejo?, ese es el momento en el que puedes ser sincero contigo mismo y aceptar que puede que no todo en tu vida está bien.

Hoy no voy a usar el disfraz que se usa todos los días, caminaré desnuda mostrando la realidad de mis imperfecciones, inseguridades, rarezas, trastornos, gustos y demás. Sé que seré criticada, que perderé muchos amigos, o mejor dicho muchas personas, ya que los amigos me aceptarán y permanecerán a mi lado aceptándome tal cual soy. Muchos se identificarán conmigo y sabrán que no están solos en este mundo de locos.

No tengo miedo de mostrar mi verdadera piel, pues eso representará ser libre, y vivir el día de hoy con alegría. Podré extender los brazos mientras corro y grito bajo la lluvia, empapándome de esa felicidad de la que la mayoría se protege.

Este es un mundo de locos, uno que no usa disfraz.

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