un simple relato

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el dislecxico

11/05/2020

Fría
despedida, sincero hasta la médula…, dolorosa como calambre en los
huevos. Esas fueron las ultimas palabras de la persona a la que mas
admiraba, y todo porque su novia lo dejaba por su “mejor amigo”.
¿Cómo el amor puede matar a alguien?, y en este caso fue una muerte
lenta. Empezó siendo anímica pero luego cuando ya no queda nada mas
por morir dentro de una persona, llega el momento en la que esta se
auto castiga, sacándose la vida por creer que ya no le queda lienzo
para pintar, y claro cuando este se acaba la vista sigue con el
decadente curso que ya tenia trazado, y choca con la triste realidad,
que abunda de inertes
colores a los cuales avivamos en nuestro lienzo, para hacerla mas
cándida y que pierda ese amargo sabor a nadería que nos recuerda la
efímera mancha en el ya manchado vestido de la fausta historia,
quien suele recordar la valentía de algunos y la tiranía de otros
tantos.

En
el final de la reflexión, solo se queda grabado en mi mente el
repetitivo cortometraje de cuando oí aquellas desgarradoras palabras
de mi gran amigo. Cada vez que
lo veo, mas detalles noto y mas cerca
de la empatía
me encuentro, como ver una lagrima deslizarse por el tembloroso
pómulo
que se contraía
como si quisiera compactarse con la ceja.

Siendo
honesto
todavía
no entiendo si fue por el dolor que le causaban aquellas palabras,
que en una llorosa nota salieron desde su corazón
desgarrando todo a su paso, o era por la idea de lo estúpido
e insignificante que era para la vida, o para el amor su existencia.
Creo que se sintió como un conejillo de india al cual le usaron
hasta que no pudo seguir, y cuando ya no pudo mas con el tormentoso
dolor y martirio decidió no esperar a la próxima
prueba, tomo el asunto en sus manos y rompió
el contrato que le dieron al nacer, el cual creo que se redacta así
“ Vivirás
mientras soportes tu sufrimiento,
probaras la dicha incierta
del amor, pero con la conjura de causarte dolor, seras feliz cuando
aprendas a por que reír,
conocerás
el nirvana solo cuando te
despojes de tus necesidades mundanas…”, se
despide con una oración
a pie de pagina,
“La vida es tu regalo va
solo en ti cultivarlo o malgastarlo.”. Dentro
de mi análisis a esta intrínseca injuria, lo único que nos deja es
que todo es nuestra decisión, en teoría sufrimos cuanto queremos o
necesitemos y que todo “Bien viene con un mal.” necesario para
aprender lo que debemos apreciar. En fin esto es un corto resumen de
la vida de mi gran amigo, que murió por sucumbir ante la ignorancia
mundana de lo que representa la soledad.

Luis
Teniers nacido en (1821-1841), hijo de Luis Teniers
(padre) y de Emma Dreeen quien murió
pariendo lo.
Junior como lo llamaban, vivió
con su padre hasta los siete años, dado a que su padre murió de
sífilis donde en su ultimo año de vida sufrió una afasia y luego
una parálisis progresiva hasta su muerte. Desde entonces hasta su
muerte vivió con sus abuelos quienes lo querían mucho; desde
entonces estudio y se convirtió en un romántico, un gran soñador
por encontrar la dicha del amor, sin
saber que este seria la causa de su fin. En (1836) empezó su fino
interés por Deyanira Dreen su prima quien llego en aquel año a
vivir con él y sus abuelos por motivos de estudio. Deyanira y Junior
se llevaban muy bien, para ser realistas eran dos jóvenes en la
primavera de sus vidas y lo único conocido eran
los limites de sus propios cuerpos. Quien no a tenido la curiosidad
de saber a que sabe lo prohibido,
lo inmoral y en un profano instante nació el amor entre ambos.
Deyanira le gustaba lo intrínseco
de las cartas de amor que este le dedicaba y a Junior no había
lo que no le gustara de ella.

En
(1839 o 1840) me llego esta carta de mi gran romántico
amigo, “Oh,
mi homónimo
amigo, con gran alegría
he de opacar mi pasado para contarte que he conocido al hidalgo amor
y en que magnifico ser. Un ser de tersa y pálida
piel, de risos de un rojo ardiente, con unos ojos verdes cual pradera
y una voz tan armoniosa
que tranquilizaría
al mas bravo
guerrero. Yo he caído
inerme ante su belleza.

Espero
que vuelvas para el baile de primavera donde le pediré su mano a sus
padres y me alegraría contar con tu grata compañía.”.

Mi
respuesta fue por el mismo motivo en teoría y así decía “Has
despertado en mi una gran esperanza la alegría que te concierne,
pues me da valor ya que mis padres han arreglado mi matrimonio con
una mujer y he de cortejarla en el baile de primavera, así que
espérame en unos pocos meses podre conocer a la afortunada que
ha de compartir lecho de por vida contigo.”.

Luego
de tres meses en ese volví de mi viaje y conocí al motivo de vida
de Junior, ahora que lo pienso bien nunca me dijo su nombre; sino
esto hubiese sido otra historia. Desde aquí en adelante, Junior se
reencuentra con el dolor de perder a un ser querido, pues en el baile
de primavera me presentaron a mi prometida y era ella, Deyanira, el
gran amor de Junior se iba a casar con migo, su mejor amigo y nada
pudimos hacer ni Deyanira ni yo.

Recuerdo
que era el (28/9/1841) cuando me case con Deyanira. Yo
no quería pero tenia que hacerlo, fui ese día a hablar con Junior
recuerdo que estaba devastado, peor aun de lo que había
estado los últimos
meses, su mirada yacía
vacía, cuando le dije que no era mi culpa ni la de él, ni la de
Deyanira y el me miro con lagrimas brotando de sus ojos mientras
caminaba muy lento hacia la ventana de su habitación
y musitó
“-Lo se, lo se mi querido amigo, no reside en nadie la culpa, en
nadie mas que en la vida…”. Recuerdo
como le vibraba la voz y como se entrecortaba por los repetitivos
suspiros del dolor, como si estos le generaran tanta presión en el
pecho que le costaba respirar, entonces
tomaba pequeñas bocanadas de aire, mientras me decía
“-Me duele hasta el dolor, esta situación
es dolorosa como calambre en los huevos, ver a mi mas grande amigo y
al amor de mi vida caminando al altar para desposarse con este, es un
suplicio conspirado por la pérfida
vida y disculpa que sea sincero
hasta la médula,
pero quiero que sepan que los amo a los dos y espero que sean muy
felices
juntos, y si hay algo que me duela mas es esta fría
despedida.”. En ese momento se dejo caer por la ventana de un
segundo piso quedando echo
trisas en la acera, que
esta frente al salón
donde nos casaríamos .
Luego de este suceso nos casamos y morimos de viejos.

-Doc…
ve no estoy loco, es que tengo este sueño a menudo y por ende quiero
que me encierre, para así poder alejarme o hacer mas débil la
hilarante ironía de la vida, creo que debo condenarme a la soledad.

-Nunca
vas a estar solo por que siempre va a estar contigo tu amigo
imaginario Junior, el cual me ha contado es un pobre desgraciado…
Nos vemos la semana que viene señor Luis.

FIN

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