La culpa estará ahí por siempre
Los rencores nunca salen del alma
Placebo de cinco minutos y medio
Las lágrimas forman lagos turbios
Un tercer ojo se cae y rompe
El vacío se apodera de los adentros
Densos deseos se muestran
Pintar de rojo los mares deseo
Acariciar el pelaje de algodón de azúcar
Abrirme a otros ojos inmundos
Visitar las nueve dimensiones y realidades
Acabar todo en cada una de ellas.
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