Nada más verla aparecer caminando por la alfombra roja con ese elegante y transparente vestido verde esmeralda, esas joyas, esas sandalias doradas a juego y su largo pelo rubio brillante y suelto, sintió un odio irracional; pero no por su apariencia de diva (o también), si no, por ir de la mano de ÉL, su ÉL.

Se detenían a posar tan sonrientes y perfectos para los cientos de fotógrafos que no dejaban de disparar flashes, mientras intercambiaba miradas enamoradas que luego venderían más revistas, de esas que alimentaban el morbo de los fans…y el suyo también, obvio.

Estaba segura que este era otro papel, y que para ella sólo era el amante de turno y cuando no le sirviera, lo cambiaría por otro rompiéndole el corazón. Era una profesional y sabía bien moverse en ese medio; ya la había visto hacerlo antes.

_Sí…sí…como no…ahora enamorada, ahora feliz, ahora adorable…te odio!!!

Se revolvió en el sofá y su móvil cayó al piso…

_Me cachíssss_ Lo recogió en el momento que entraba la llamada de Andrea, su amiga de instituto y casi vecina.

_Laura, vamos al centro comercial?_

_Mmmm…vale, me cambio y salgo_

Miró por última vez a su enemiga, la que le había robado a su amor…y sacándole la lengua, apagó la tele y fue a donde papá a pedirle dinero para comprarse un helado y con suerte, una camiseta nueva.

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