Le llamó la atención el anuncio: «Pintor busca modelo de desnudo, entre 20 a 25 años, delgada y desinhibida, 2h diarias de lunes a viernes, 20 euros hora. No es necesaria experiencia. Llamar al teléfono 64xxxxx0 o acercarse a calle…»-

_Diga?_ la voz del otro lado era tosca y cortante…imponía.
_Buenos días…llamo por el aviso…_ respondió Lara, dudando todavía.
_El aviso es bastante claro. Comienza mañana de 10 a 12, le interesa?

Y sintió su impaciencia y pocas ganas de explayarse…mmm…debía tener mal genio …dudó aún más …pero necesitaba el dinero y pagaba bien…

_Está bien…ahí estaré…me llamo Lara. Cuál es su nom.. _ y sin esperar siguiera le colgó. _» Vaya vaya con el artista».

Tocó el timbre del viejo edificio de 4 plantas, el estudio quedaba en la ùltima. Escuchó por el telefonillo la voz cortante que ya conocía pidiéndole que suba. En el vestíbulo se encontró un ascensor medio destartalado, que la llevó hasta una puerta ploma oscura en el cuarto piso. Sin darle tiempo a llamar (como no), la abrió un hombre que por el aspecto, debía ser el pintor.

_Hola, soy Lara.

Y él, hosco, le respondió: _Adelante…puede llamarme Pierre.

Le pareció extraño que la tratara de usted y le hablara tan crispado, pero era claro que esperaba que se dirigiera a él de la misma manera. No era un hombre guapo, sus facciones eran irregulares y una melena cobriza, le caía en frondosos mechones hasta los hombros. Su mirada era insondable…

También le echó una ojeada curiosa al lugar, inundado de luz que provenía de los amplios ventanales que rodeaban todo el espacio. Algunos lienzos colgaban en las columnas entre las ventanas, mientras otros descansaban cubiertos con tela, sobre caballetes. Una mesa sólida, con manchas viejas de pintura sobrepuesta, estaba repleta de frascos con líquidos tintados, chisguetes de óleos, pinceles de todo tamaño y grosor, y un poco apartada, una pequeña tarima con una alfombrilla roja, sobre la que descansaba un taburete pequeño…supuso «su lugar de trabajo».

Pierre enfocò la mirada en la misma dirección que apuntaba la de Lara y captó su perturbación. Por experiencia sabía que mientras antes comenzaran, antes de libraría del pudor. _»Puede quitarse la ropa tras ese biombo, y ponerse la bata…»

Lara salió a los pocos minutos llevando la bata de seda que cubría su desnudez, y agradeciendo, que permitiera hacer el trance menos chocante, que el de aparecer de forma brusca y sin ropa ante un total desconocido. Esperando instrucciones, miró expectante al hombre.

_Acérquese, quítese la bata y colóquese aquí por favor_ dijo Pierre señalando el taburete

Tenia un cuerpo bonito, un poco lánguido y nada exuberante pero firme, unas piernas interminables y un color de piel cremoso que Pierre deseo copiar. Le movió los brazos para colocarlos en la postura exacta que necesitaba, le dio tres o cuatro indicaciones más y le pidió que no se moviera.

Las dos horas pasaron pronto, Pierre ponía sus ojos sobre ella y el lienzo consecutivamente, alternando y deteniéndose algunos segundos en algúna parte específica de su cuerpo, pero no había morbo ni nada turbio en esas miradas.

Al terminar su primer día, la despidió sin mirarla ni moverse de su lugar frente al caballete, y sólo le dijo un seco: _»Hasta mañana». Y Lara mascullando para dentro: (_Patán!), le repondío en el mismo tono y se marchó.

El día siguiente no fue muy diferente al anterior, ni a los sucesivos. Lara llegaba puntual, luego del saludo protocolar procedía a desnudarse y salir en bata, para colocarse en el taburete que ya la esperaba.

Llevaba una semana posando y tenia curiosidad por ver el avance del cuadro, pero él no la invitaba a hacerlo y ella no se atrevía a pedirlo, pero ese día se suscitó un incidente. Lo llamaron por teléfono y luego de sus respuestas con monosílabos, cortó y le dijo que tenía que salir, que se vistiera y se fuera. Lara notó que no le hacía ni pizca de gracia dejarla sola, pero al parecer era urgente que saliera de inmediato.

Desde la puerta le dijo: _ No mire ni toque nada, mucho menos se acerque a su cuadro. Le prometo que cuando lo termine lo verá, pero hasta que llegue ese momento le repito, no se acerque…no lo haga…entendido?…entendido???_ Y Lara nerviosa, respondió que no se preocupara, que se vestiría e iría de inmediato, y dicho esto, Pierre salió.

Cuando se iba ya, y sin intención de contravenir la orden, no pudo evitarlo. Fue superior a sus fuerzas, la curiosidad la mataba…si sólo mirara un poco… Pierre no se enteraría…además tanto celo con el cuadro por Dios!…bah…

Entre distraìda e inocente, Lara recorrió el estudio como si paseara por una galería de arte…miraba los cuadros colgados, sobrios y un poco siniestros, rostros y cuerpos desnudos de mujeres todos. Casi tiró un caballete y asustada, al querer evitarlo, lo cogiò de la tela que lo cubrìa quedando revelado de golpe. Lo que vio la impactò.

Era un desnudo y la cara de la mujer era de verdadero terror. Los ojos vidriosos y abiertos a punto de salirse de sus òrbitas, la boca como si gritara, con la mandìbula desencajada, las manos agarrotadas…

_Ufff…que feo!_ dijo Lara en voz alta, y sintiò un escalofrìo que la recorrio de arriba a abajo.

Lo cubrió con cuidado, y se fijò en el siguiente lienzo y ya de forma descarada lo descubrió, dejando ver otra pintura parecida a la anterior…

De prisa fue descubriendo uno a uno los lienzos y el resultado era el mismo…en todos habían mujeres desnudas y aterrorizadas, como queriendo desgarrar la tela para escapar…(se le puso la piel de gallina).

Quedaba un lienzo, el suyo. No estaba cubierto pero le daba la espalda. Caminò despacio hacia él, temiendo lo que encontraría. Una parte de su ser le decía que huyera…otra que mirara… Era de gran formato:

_¿Porqué tanto misterio Pierre?… y recordó su poca amabilidad, su antipatía y frialdad, su mirada indescifrable…no sabìa nada de èl…nada…Ya estaba cerca, sólo era cuestión de rodear el caballete y lo tendría ante sus ojos…

_Què hace Lara?… Detèngase!!!_ Lara no escuchò cuando Pierre volvìa, tan absorta como estaba en la labor de mirarlo todo…

_Perdone Pierre_ y soltò una risilla nerviosa y siguió con voz suplicante…

_Ya sabe como somos las mujeres… nos gana la curiosidad!_ Casi no se atrevìa a mirarlo por temor a lo que encontrarìa en esos ojos.

_No se preocupe Lara… entiendo… y luego de una pausa, en la que parecía debatir con sus conflictos internos, le dijo:

_Pensaba terminar el cuadro mañana, pero he decidido hacerlo hoy. Son sólo pequeños toques para atrapar del todo su esencia Lara…no tardará mucho…vaya a quitarse la ropa ahora!.

Y Lara, como en un trance hipnótico obedeció y efectivamente ese día posó por última vez….

_Diga?…

_Hola, llamaba por el anuncio en el periódico donde buscan una modelo…me llamo Clarisa…

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