Se bajó del taxi nerviosa…

Llevaba un vestido negro palabra de honor bastante ceñido, unos tacones de infarto y un maquillaje sugerente con pestañas de abanico XL, que tardó media hora en colocarse. Su abundante y sexy melena oscura caía suelta sobre los hombros desnudos, moviéndose libre y brillante, y los largos pendientes de fantasía, acompañaban el compás de sus senos.

En el pequeño bolso una barra de labios, su perfume «Hypnotic Poison», un cepillo de pelo, su móvil y su cartera…olvidó la llave de casa por salir con prisa, pero ya era tarde para preocuparse por eso y le restó importancia.

Sabía que era motivo de admiración y de miradas lascivas durante su recorrido, (situación nueva e incómoda para ella), pero hizo el pequeño camino que le quedaba lo más digna que le permitía el vestido que dejaba tan poco a la imaginación.

Ahí estaba…ese era, sí…bar «Rose Rouge»…

El local era amplio, luces celestes tenues repartidas por la barra de al fondo y toques de luz roja sobre las mesas haciendo honor al nombre del lugar…camareras con enterizos negros y pajaritas rojas iban y venían llevando las copas…en las paredes algunos monitores con vídeos de música latina…parejas charlando de forma íntima… grupos pequeños de amigos riendo …hombres solos de cacería…y ÉL.

Se miraron a medida que se acercaba a la barra, tendría unos 50 años, llevaba una camisa blanca de corte entallado, pantalones oscuros y zapatos de piel relucientes. Estaba sentado en un banco alto con una pierna flexionada en el apoya pie dándole la espalda a la barra. El cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante y el brazo a modo de jarra con la mano sobre su cadera.

Todo en ese hombre denotaba seguridad. Le sonrió y aparecieron sus dientes perfectos, de un blanco acentuado por las luces celestes, tenía la cabeza rapada y esto le aportaba masculinidad y lo hacía irresistible ante sus ojos. Su corazón latía a míl…el juego de seducción había comenzado…

_ Hola preciosa…no pude evitar admirarte desde que entraste…¿Me permites invitarte a una copa?

_¿Porqué no? contestó con voz sensual…un vodka con tónica

Las copas fueron y vinieron durante la noche y con cada una se acortaba más el espacio que los separaba, se susurraban al oído, se olían como animales…a veces se reían…ya casi se tocaban…maldito casi…

_Nos vamos?…te propongo tomar una última copa en casa…

_Claro…me encantaría (ronroneando)…

El camino se hizo corto, en el coche la tensión se acumulaba y era difícil controlarla sin perder el tipo.

Llegaron y él le abrió la puerta del coche galante, le dio la mano para ayudarla a bajar y aprovechó para mirar sus largas piernas, caminaron muy juntos hacia la entrada de la casa y al llegar, buscó las llaves dentro del bolsillo derecho del pantalón…pues no… no estaban…luego el bolsillo izquierdo…no…nada…

Carraspeó avergonzado y con esa mirada de niño traviezo que ella conocía tan bien, le dijo:

_Cariño lo siento…lo siento de veras…olvidé la llave dentro de casa, tendremos que entrar con la tuya…cariño…cariño?…tienes tus llaves verdad?…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS