Se me olvidó lo que era perderse en una mirada. Despertar con un cuerpo como almohada. Preparar un desayuno y hacer el amor por la mañana. Cerrar las persianas y perderme entre unas sábanas. Derroché tanta pasión, fuego y ganas con quienes no merecían ver mi lado más pervertido. Ahora quienes lo merecen no encuentran ese estado mío. Quizás haya cerrado mi corazón bajo llave y la guardé para un hombre de verdad después de tantos hombres de mentira.

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