VI
Seis de la tarde / horizonte incendiado
elíptica que doblega el esqueleto /
fluye salino aliento de la bahía
ruedan por el acantilado raudas esferas.
Desde el marco de una ventana / inmortal acto de magia
se desploma el sol en sábana de asbesto azul /
exaltados y en coro
pájaros negros trazan carboncillos en el cielo
por miles ofrecen cantos gloriosos.
Mientras beso tu ombligo / se oculta la luna tras una nube
anochece al borde del malecón /
apenas en un segundo / florece el cielo /
luminosa tela de araña / porque en tus ojos brillan cristales
entonces / cangrejos rojos auscultan la noche
fabrican minúsculos ceros en la arena / para ausentarse
atormentados viajeros del oscuro / arropados de cuarzo y sílice / heredan emocionados recuerdos de pretéritos crustáceos / erguidas sus tenazas / ascienden heroicos por mis sienes / luego abordan épicos, triunfantes
las copas de los sombreros de paja.
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