Desastre emocional climático

Repaso la línea sutil de tu boca con el dedo, que bien quedas siempre en las fotografías, tu sonrisa ilumina y desborda el marco y una lágrima te cae en la cara y hace un charco. Tu imagen se difumina y comprendo que así es como te veo ahora. Borroso y ahogado. Superficial y profundamente cansado. Tu por tu parte hace tiempo que ni me miras.

La gente se cansa de todo, todo son modas efímeras, un día estamos abajo y otro patas arriba, el mundo va deprisa, los días saltan del calendario. Y tú te has cansado de la vida? Me parece exagerado, creer que vivir es secundario. Respirar es un regalo del aquí y el ahora, y hay que sentir todo lo que en nuestro cuerpo aflora.

Me gusta pensarte con niebla de días pasados, reflejos de felicidad infinita con destellos de marea embravecida, fuerte, intensa, llegando a ser hogar. Y llego desde el cielo como una tormenta el peor de los tormentos, un desastre emocional climático, que como un tifón devoro toda esa isla. Tu depresión.

Y he lanzado mil salvavidas a nuestras aguas, pero ninguno flota, todo te nubla la visión y el gris te pinta la retina, y te veo alejarte dejándote llevar por la corriente, dejándome otra vez rota. Ahora te cansaste de nadar? Parece mentira lo bien que le sentaba el agua a tu sonrisa y lo que te gustaba luchar por tu felicidad.

¿Quién eres? ¿Porque guardas la belleza de la vida detrás de las cosas más feas?, quiero que vuelvas a brillar, que vuelvas a mi lado y podamos seguir caminando juntos, no te canses ahora que ya llegamos, No te dejes doblegar por pensamientos malvados, aprieta otra vez mi mano y echemos andar…

No mires atrás que la vida ocurre ahora y siempre hacia adelante. Que todo perdura, si logra cultivarse y cuidarse. Que al amor nada lo vence, si no dejamos que nada malo entre dentro. Que para una buena vida hace falta un buen pensamiento, el corazón lleno, los pies en el suelo y la mirada en el cielo abierto.

Mira otra vez mis ojos, y busca la respuesta de todos tus temores, que solo una lágrima bastara para frenar un rio, que solo un beso callara el ruido. Y con un abrazo recuperemos el ritmo. Pinta conmigo todos los desastres de la vida, cambiemos el color de las cosas, querámonos por encima de todas las cosas.

Y si prefieres adentrarte en la tormenta, suelta mi mano, no deseo ni verte entrar. No voy acompañarte hasta el vacío, ni regalarte los oídos, no tendrás mi mano para volverte a levantar. Para un momento, toma aliento y escucha en tu corazón que decisión tomar.

Yo seguiré bajo tú mismo cielo, deseando apretarte fuerte y refugiarme en tu cuarto chacra, justo el centro de tu pecho. Respirar tu aire, compartir espacio y crear el sonido de la paz descansando a tu lado, acariciando suavemente y despacio tu cuerpo, Y decirte al oído, Que una estrella ha muerto, y ahora brilla intensa y bella en el cielo, que la vida es justamente eso, en la desgracia también esta lo bello.