LA FAMILIA

Tema primordial en la vida del ser humano, con varias herramientas a la mano, la fidelidad, el amor, la tolerancia y la prudencia entre otras, que obligadamente tenemos que utilizar si añoramos paz para nuestros hogares.

Labor titánica de convivir dos personas con diferentes formas de deliberar, imponiendo cada una su manera de pensar sobre la otra, continuamente se cruzan sus conocimientos o sus equivocacionesu otros aspectos que generanen la mayoría de las veces discordias y en muchas oportunidades concluyen en fatalesdesenlaces.

De otra parte Valga la pena resaltar las virtudes de su cónyuge, si hacemos también alarde de sus defectos que en la mayoría de las veces los hacen prevalecersobre sus cualidades.

Dejemos a un lado ese reconcentrado egoísmo o llamémoslo también envida que originan estos desagradables comportamientos, debemos preguntarnos ¿Cuál es la razón de NO reconocer el conocimiento Y atributos de los demás?

Se necesitan el uno para el otro, en sus alegrías y tristezas, tolerasenmutuamente sus defectos o equivocaciones, y utilizar la prudencia como un equilibrio psicológico, que no vayan a afectar los sentimientos o la manera de ser de la otra persona, sobre todo frente a otros.

En un aparte de la Biblia leía el Hogar es el lugar en el cual uno puede con tranquilidad reposar el cuerpo fatigado y calmar el ego lastimado con tranquilidad. El Salmo 84 nos enseña claros mensajes sobre la vida en el hogar, es la casa de Dios, el lugar que nos brinda un consuelo más profundo.

Sería maravilloso que este mensaje se pusiera en práctica en todos los hogares del mundo, pero desafortunadamente no acurre así, un alto porcentaje de ellos navegan en un mar de conflictos, incomprensiones, odio, libertinaje y otros muchos aspectos que motivan verdaderas catástrofes familiares.

Generalmente, el núcleo familiar está compuesto como lo he dicho en varias oportunidades, por el papá, la mamá y los hijos a quienes es obligación de los padres guiarlos, sostenerlos y educarlos, una conducta ejemplarizante de los padres, es fundamental en la crianza de los hijos.

Muchasveces fallamos en todo esto, le oía a Adrián Roger alguna vez en una de sus predicaciones que el Hogar es la universidad de la vida, los profesores son los padres y los hijos son los alumnos.

Cuando hablo de fallamos me refiero no solamente a los padres, sino también a los hijos, en cuyos familias no existe entendimiento mutuo, ni respeto unos a otros, donde prevalece las ofensas, las groserías, el irrespeto, la incomprensión, la intolerancia y puedo ir sumándole otros comportamientos errados o pecaminosos.

Una herramienta entre otras para esta labor es el AUTO CONTROL, difícil de conseguir, es una mezcla de psicología, prudencia, equilibrio y sobre todo vida espiritual, que tenemos que utilizar en todo momento.

No solamente en nuestros hogares, sino también en todas partes, ha ocurrido que llegamos descontrolados de nuestras labores diarias a nuestros hogares y afectamos a nuestra familia. .

Si existen triunfos o fracasos, alegrías o tristezas etc., son de los dos cónyuges no de uno solo, pues en el momento de unirse en santo matrimonio, por cuanto se ha producido un juramento de amor eterno, de tolerancia, de respeto, que indudablemente repercute en los hijos.

Las aparentes y mentirosas expresiones de amor, paz, que a diario vivimos o escuchamos algunas veces, no son más que sentimientos pasajeros, resultado no de la pureza del alma, sino de la desidia del corazón.

Lastimosamente estas consideraciones se inician desde muy temprano en los hogares donde ni la paz ni el amor se practican.

De otra parte muchas veces nos resistimos en utilizar los profundos sentimientos de amor sincero que poseemos, sin darles la oportunidad para que afloren, esto ocurre con frecuencia con los seres que amamos.

En varias ocasiones juzgamos mal, sin fundamento lanzando a priori errado concepto sobre el cónyuge, sin establecer su veracidad y si fuera verdad no contamos con nuestro aplomo o mejor la estabilidad emocional para una solución correcta.

También quiero referirme a aquellos hogares, en donde es todo lo contrario, prevalece el amor como está registrado en la biblia en 1 de Corintios 4: del 1 al 13, la tolerancia,el respeto mutuo y se respira un aire de paz y tranquilidad.

Un rinconcito en el corazón de sus hijos es el deseo de los padres y también un rinconcito en el corazón de los padres es añorado por los hijos.

Una parte fundamental en los hogares es la TOLERANCIA, una cosa es el noviazgo y otra es el matrimonio en donde saltan a la vista desde los primeros días, los defectos de ambos cónyuges.

Denovios todo es color de rosa, se casan y desde el primer mes siendo un poquito exagerado, se inicia una variedad de cuestionamientos, incomprensiones, alteraciones de carácter .y algunas veces maltratos a su cónyuge, actitud que debía ser castigada severamente.

Apreciado lector dejo para su reflexión, que lo primero que debe haber en un noviazgo es la tolerancia para aplicarla en el matrimonio, claro está que para que exista la tolerancia debe existir amor, comportamientos que deben estar siempre ligados entre sí.

De otra parte debe concurrir un EQUILIBRIO que permita sopesar o analizar cada situación, agregando además, una buena dosis de IMPARCIALIDAD, cuando se trata sobre todo de familias numerosas.

No debemos desconocer que la COMPRENSION, es imprescindible, para dirimir con los elementos antes mencionados, toda clase de querellas.

Al hablar de equilibrio es menester tener en cuenta que los padres como los hijos, tenemos deberes que cumplir y derechos que reclamar, en la mayoría de los casos existe que los hijos consideran que únicamente tienen derechos y los padres deberes.

Se nota un desequilibrio muy patente e injusto que ocasionan problemas en los hogares, este tema es un de los mas importantes que ventilo en varias oportunidades.

No debemos olvidar que la educación de nuestros hijos viene desde la cuna que reiteradamente lo he manifestadoy el buen ejemplo de los padres debe estar siempre presente en cada momento.

Las incomprensiones mutuas surgen con mucha frecuencia, siendo el fruto algunas veces de la ignorancia, o de la terquedad de ambas partes, que no ceden ni la una, ni la otra.

Voy a referirme en este texto, las secuelas de un mal ejemplo, o de un comportamiento violento, que en algunas oportunidades los hijos en su niñez principalmente reciben de sus padres.

Porsu gravedad, se ven sumamente afectados, quedando registrados en su mentecomo sellos indelebles, de ahí que se presentan cuando niños y principalmentecomo adultos de improviso, llantos, temores, tristezas, inconformismo, y otros resultados que alteran definitivamente su estabilidad emocional y la tranquilidad de los hogares.

Sin pretender ser un consejero espiritual con todo lo que he expresado,existen herramientas que podrían servir para manejar lo mejor posible esta clase de situaciones, entre otras:

Una comunicación oportuna con nuestros hijos, una asesoría psicológica, o tener una persona de confianza en quien depositar sus preocupaciones y lo fundamental entregarle a nuestro Dios, todas nuestras cargas.

Mucho Amor ya lo manifesté anteriormente es el complemento para aspirar a una buena armonía en el hogar que genere ese “Calor Afectuoso “tan indispensable en nuestro núcleo familiar, que nos ayuda a sobrellevar las dificultades, contratiempos y otros sentimientos de tristeza tan comunes en la vida cotidiana.

APOYEMONOS UNOS A OTROS como familia, en varias oportunidades vivimos como ruedas sueltas, tomando una actitud de indiferencia sobre lo que le ocurre a cualquiera de los cónyuges.

Algunasveces no se trata de problemas financieros, sino la falta de cariño, o de comprensión y sobre todo la ausencia de afecto tan determinante en nuestras vidas.

En muchos hogares se ve que en el tiempo de las comidas, cada miembro de la familia se desparrama por toda la casa, debiendo estar juntos.

Enla mesa del comedor si la hay, o sentados en el suelo, o en cualquier lugar de la casa reunidos compartiendo en sana paz, las alegrías o tristezas del día, en busca de soluciones si es el caso, o lo contrario participando de los logros obtenidos en ese día.

Por otra parte lancemos con frecuencia una sonrisa, así sea en la calle para llegar contagiados de esa alegría y participarles de ella a nuestras familias.

No importa que algunas veces esas sonrisas se estrellen contra cuerpos de piedra y digo esto por cuanto en varias ocasiones son recibidas en la calle con desagrado, de pronto mal interpretadas, dejándonos altamente sorprendidos.

HOGAR DULCE HOGAR es la expresión que continuamente escuchamos y que debe reflejar un nidito de amor, el refugio de nuestras inquietudes, el aliciente para cada uno de nosotros y que con el apoyo y la compañía de nuestro cónyuge e hijos, podamos soportar un poco la carga, a veces pesada del matrimonio.

Los continuos enfrentamientos en los hogares entre padres e hijos, entre hijos y padres, entre hermanos etc., hacen la vida imposible y en la mayoría de los casos por situaciones triviales, sin importancia, que podrían haberse evitado con la mutua cooperación y tolerancia entre ellos mismos.

Existen casos en donde miembros de una misma familia no se hablan entre sí, durante días, meses y hasta años, a pesar de vivir en el mismo techo, complicada situación que genera amarguras, tristezas, inestabilidad emocional, y sobre lo cual los niños son los más afectados y se viene a reflejar en la adolescencia de ellos fundamentalmente.

Es frecuente la falta de respeto de los hijos para con los padres, en los que con frecuencia sucede que, la edad de los padres es factor de desprecio de los hijos, quienes consideran que ya sus padres carecen de toda potestad para sus vidas y en algunas oportunidades son tenidos en cuenta únicamente como reproductores financieros.

Se presentan algunos casos en los que los padres, después de haber servido toda una vida como ejemplos dignos, protectores y sacrificarse en la educación de sus “adorados” hijos, son trasladados a ancianitos y catalogados como estorbo en sus hogares.

Lo que es peor aún abandonado a su suerte, ¿será que estos hijos que toman tan repudiable e injusta determinación, no piensan por un momento que algún día, también van a ENVEJECER? ¿O novan a experimentar la Ley de la Entropía?

De todas estas consideraciones y comentarios, solo me resta decir que el desorden social que se vive en el mundo entero, es en parte, el fruto de una mala crianza de los hijos, a quienes hay que darles buen ejemplo.

Orientarlos correctamente, concientizarlos de sus derechos ydeberes como hijos, exigirles respeto y no tolerarles sus rabietas desde sus primeros años de vida; dentro de las muchas recomendaciones.

De otra parte se debe aprovechar el tiempo que queda con los padres vivos, para prodigarles toda clase de atenciones acompañadas de sincero cariño, respeto, tolerancia por sus años y compartir con ellos cada momento de su vida.

Existe una tendencia de dejarlos solos, o peor aún recluirlos en un centro para ancianos, ya lo dije antes, como si fueran obsoletos muebles que ya cumplieron su vida útil y muchos hijos ignoran el sacrificio que han tenido para su crianza.

Dejo para su consideración y análisis este mensaje: debe existir en nuestro proceder un equilibrio bien marcado y mucha prudencia en nuestros actos que sirvan como apoyo en el desarrollo de nuestra vida cotidiana.

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