Quiero ser ortiga

Quiero ser ortiga

B

07/04/2018

El agua que me das de beber es turbia.

Está sucia.

Y deshormonada, además.

Mi líbido se evapora,

intentando ser una nube negra

y volar,

para llorar desde lo más alto,

para llorar sin que lo sepas.

El agua que me das,

no es insípida,

y se revuelve entre mi lengua y mi paladar,

haciéndome cosquillas,

intentando, en vano, que sonría.

El agua que me das no es otra que

la que sale de una desesperada semilla,

fruto que dará forma a una inocua mirada

que no va a crecer más porque creas que con sus propias lágrimas se puede hidratar.

Mis pétalos sollozan

siempre esperan a que les des agua,

pero la que necesitan,

no la que a ti te viene en gana.

Mis pétalos se caen,

y las ortigas de tu ausencia

comienzan a hacer daño

y a picar.

Cuanto más te pienso,

más me pican,

más me rasco,

más pétalos se me caen.

Y yo no quiero un agua que sepa a gloria,

la realidad de la que brota es frívola y animal,

como tu cuerpo,

como el mío.

Dame de ese agua

que me deja con sed

que me deja con ganas de más,

que no me deja ni me abandona.

Dame de ese agua todos los días,

riégame con besos

haciéndome el amor,

bébete mi cuerpo y mis inseguridades,

y dame del agua que brota de ti.

Porque no,

no soy una planta,

ni siquiera una flamante y fuerte ortiga, que ojalá,

solo soy un alma

que por gracia o desdicha

se marchita cuando no la hidratas

y cuando sin volverte,

te vas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS