Y yo sigo aquí en este mundo que aborrezco, en este país que se pudre rápidamente, en esta ciudad que arde como el infierno mismo, en esta casa tan linda por fuera, en este cuarto tan frío que no deja que se encienda ni la más mínima llama, en esta cabeza que se pelea 60 veces por minuto en contra de mi corazón para que en todas las peleas ambas terminen perdiendo, perdiendo luz, esperanza, paciencia, perdiendo todo lo que nunca tuvieron, lo que alguna vez se les arrebató, perdiendo lo que la cuchilla les corta, sangre, carne o tan solo… el amor que nunca me tuve.
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