El día es toda la historia en el momento. La presencia es toda la edad en el presente. Los recuerdos son todo el corazón que nos queda. La verdad completa el alma sin quejas.
Las condiciones siempre fueron las mismas e impuestas a impulso de libertad, la vida opta por camino de bien o mal sin poder negar la verdad.
El día traza amanecer a brisa rasa arrastrando frescos los aromas de las hierbas. Las montañas al alcance de una mirada no tardan sueltas el vuelo del nido. El río a talón de piedras sumerge la huella sin mojar el paso y como bebedero de orilla entre arenas espera el silencio conocer la figura del venado.
Pasan seguidos los instantes como latidos corridos por la respiración, es inevitable la vida en el momento como el destino perdido en fraccionado segundo, el tiempo mueve agujas de reloj tejiendo a día la presencia que ocupa el alma y sin pertenecer al plano de tierra el horizonte en suspiro es puerta abierta de vuelo a regreso hasta el cielo.
El día es toda la vida para no perder verdad en el momento del camino.
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