Los viajes de Milam: Sueños Lucidos (Capitulo 1)

Los viajes de Milam: Sueños Lucidos (Capitulo 1)

Tao Damon

27/03/2023

Capítulo 1

El Origen del Soñador

Milam Lucasta Martins1 nació en 1996 (e.c.) en Kourou cerca del Centre Spatial Guyanais (CSG). Su padre Claude Lucasta de la Francia Metropolitana, había viajado en 1995 a la Guayana Francesa por orden de la legión extranjera, su trabajo como programador de los debuggers2 del proyecto Ariane 5 le obligaba a vivir en la ciudad de Kourou cerca a la base espacial. Poco tiempo después de su llegada conoció a Anelia Martins una brasilera atípica de ascendencia holandesa que vivía en Cayenne y que había llegado a la Guayana Francesa con su familia años atrás motivados por la nueva fiebre del oro, eran garimpeiros3 y llevaban una vida completamente diferente a la de los Lucasta que habían estado siempre rodeados de grandes comodidades en el Bordeaux de la Francia Metropolitana.

Los Martins pasaban los días bajo la lluvia manipulando elementos tan peligrosos como el mercurio y el cianuro, buscando esa amalgama química que les permitía separar el oro. Habían sido garimpeiros desde la existencia del estado libre de Counani4 en el siglo XIX, eran originarios del estado de Maranhão en Brasil y se movían por las colonias europeas buscando oro, su ascendencia era una mezcla rara entre holandeses, libaneses y mulatos brasileros.

Cuando la colonia francesa en 1946 se convirtió en estado de ultramar de Francia, los Martins regresaron al norte de Brasil donde continuaron trabajando en la minería ilegal por más de 50 años, pero en 1990 dejaron nuevamente su país y regresaron al estado de ultramar atraídos por los rumores de una nueva fiebre del oro. Anelia Martins llego ese año con sus padres y sus 3 hermanos a la Guayana Francesa, se ubicaron a las orillas del rio Oyapock y pronto se convirtieron en una de las familias de mayor renombre en la minería ilegal del estado, vivían al interior de la selva en campamentos provisionales y se movían con sigilo evadiendo a la gendarmería francesa, esa vida sin raíces los convirtió en fugitivos, sabuesos capaces de olfatear a la autoridad desde las cuencas más profundas de la Amazonia. Anelia pocos años después de su llegada y cansada de estar escapando de la autoridad, dejo la ilusión del oro, fue a Cayenne en búsqueda de oportunidades y empezó a trabajar en un restaurante chino como mesera.

De piel canela, cabello largo y ondulado, Anelia era una mujer muy bella, sus ojos de color miel luminosos eran tan expresivos como sus labios carmesí y su esbelta figura era el blanco de miradas de los hombres de Cayenne, pero lo que tenía de linda también lo tenía de enojona, su procedencia como garimpeira la avergonzaba y siempre le recrimino a sus padres trabajar en algo tan deshonroso que dañara el medio ambiente, -sus dos hermanos y su hermana por el contrario se sentían orgullosos de ser buscadores de oro-, era una mujer dominante, desde niña había estado escapando de la policía brasilera y luego de joven de la gendarmería francesa, esa vida en los garimpos la había vuelto fuerte, era la única mujer de su familia que sabía usar un monitor hidráulico de minería, -le gustaban las tareas rudimentarias que por costumbre eran asignadas solamente a los hombres-, era buena en lo que se proponía, cuando vivió con su familia en la ciudad de Caxias en Brasil termino un curso de costura donde fue la mejor alumna en la categoría de pespunto. Conocía el desorden de la metrópoli moderna pero también la fuerza vibrante y salvaje de la selva, había vivido en favelas y en campamentos provisionales en Brasil cruzando desde el estado de Rondonia hasta el Amapa.

Tenía una estatura alta que le daba un aire de poder y aunque no tenía mucha educación pues solo había terminado el colegio y el curso de costura nunca dejo que nadie la hiciera sentir menos, ni por ser mujer, ni por ser garimpeira, era una mujer poderosa, pero en el fondo sentía una gran melancolía, cavilaba constantemente en que sus padres nunca la habían amado.

En 1995 la legión extranjera y la gendarmería francesa fortalecieron la persecución hacia los garimpeiros, Anelia Martins fue arrestada en las inmediaciones de la floresta de la base espacial y sus hermanos fueron baleados. Claude Lucasta era programador de Arianspace5
y ese día estaba trabajando en el centro de ensamblaje de lanzadores cuando escucho los disparos de la legión y se percató del arresto de los garimpeiros.

Claude sintió tanta compasión o quizás más bien un deseo exacerbado por el cuerpo curvilíneo de Anelia Martins que decidió pagar su fianza y de paso llevarla a un motel de poca reputación en la comuna de Saint-Laurent-du-Maroni y de ese único encuentro, nació Milam Lucasta. La historia de Claude y Anelia no fue una historia de amor, eran dos universos diferentes que se encontraron solo por casualidad en una pasión nocturna y luego matinal de cuerpos desnudos, se fundieron en el sueño de una sola noche en el Petit Paris.

Anelia no quería a sus dos hermanos, Marcelo y Rafael, pensaba que eran oportunistas y que siempre encontraban la forma para humillarla, ese día estaba con ellos buscando oro, estaban usando las bateas de lavado en un afluente de un rio de la floresta de la base espacial y como la zona estaba militarizada por la legión extranjera los descubrieron casi de inmediato, sus hermanos fueron baleados y llevados al centro hospitalario Andrée-Rosemon donde determinaron que sus heridas eran superficiales y que en una semana a más tardar serian dados de alta. Anelia no tenía antecedentes y aunque también era una Martins la policía la dejo libre gracias a la suma cuantiosa de dinero que pago Claude por su fianza, la liberación de la custodia policial fue de inmediato, sin embargo sus hermanos no corrieron con la misma suerte, cuando les dieron de alta en el hospital fueron llevados a la prisión de Rémire-Montjoly, la única activa en toda la Guayana Francesa, estuvieron presos por algunos meses conviviendo con delincuentes de los suburbios, bandidos que vivían en tugurios y se dedicaban al robo en las calles de Cayenne.

Claude la invito ese mismo día a viajar hacia el norte del estado y aunque los hermanos de Anelia estaban en el hospital, ella no podía hacer nada para ayudarlos, así que aceptó la invitación y esperó entusiasmada en el observatorio público de la base espacial a que Claude saliera de trabajar.

A las 4 pm se encontraron y fueron hacia la comuna de Saint-Laurent-du-Maroni, ella hablaba un francés criollo totalmente mal pronunciado y Claude un sofisticado francés continental, pero se entendían y el trayecto en auto fue agradable, escuchaban frevo, una música brasilera alegre mientras disfrutaban de los paisajes de la N1 -la carretera que conecta a Cayenne con Saint Laurent-, en el trayecto desviaron a Awala- Yalimapo una pequeña villa indígena ubicada en la parte más septentrional del estado y donde el rio Maroni se mezcla con el océano Atlántico, caminaron por la villa saludando a los Kali´na6, una tribu indígena que hablaba en galibí, un idioma antiguo parecido al pemón. Claude les daba euros y ellos los recibían con gratitud, besaban las monedas y corrían a guardarlas en sus casas de bahareque, -a pesar de que estos indígenas habían sido violentos en la época de la colonia y tenían fama hasta de caníbales, para Claude y Anelia eran solo inofensivos hombres nativos envueltos por accidente en la vida moderna de Francia-. Luego de compartir un rato con los Kali´na, caminaron hacia la playa de Hattes y a la sombra de un cocotero se sentaron y contemplaron el maravilloso espectáculo del rio fundiéndose con el océano, estaban ante la presencia de un estuario, ese lugar sorprendente donde el agua salada de mar se mezcla con el agua dulce de rio, el encuentro de Anelia y Claude era como un estuario también, ambos eran diferentes y se iban a unir esa misma noche…

El atardecer se teñía de tonos rojizos y naranjas, evocaba los cielos de las pinturas impresionistas de Monet y mientras avistaban esa pintura viva del ocaso y el estuario asombroso, algo inusitado sucedió, un movimiento extraño a lo lejos detrás de unas palmeras llamo su atención, se levantaron y caminaron con sigilo hacia el lugar, cuando estaban cerca escucharon ruidos extraños y al acercarse un poco más encontraron algo completamente sorprendente: era una tortuga laúd7, pesaba quizás unos 700 kg y estaba cavando un hoyo en la arena blanca para depositar sus huevos, tenía un enorme caparazón y sus aletas gigantes delanteras se movían sacando la arena hacia un lado, Anelia no estaba muy interesada en la tortuga gigante, pero Claude estaba emocionado y se acercó para tocar su caparazón, -se llama tortuga Laud porque su caparazón es similar a este instrumento musical-, la tortuga estiro el cuello y levanto la cabeza, Claude retiro su mano del caparazón y se alejó para que siguiera cavando el nido de sus huevos.

Al caer la noche y mientras se dirigían al auto Anelia encontró en la arena unas semillas de tonka8 que eran conocidas por tener un aroma único y delicioso, le advirtió a Claude que no olfateara por mucho tiempo estas semillas porque eran toxicas y peligrosas, pero él sabía muy bien de la toxicidad de las semillas de haba tonka porque había tomado una catedra de carpología en la universidad y le apasionaba esta disciplina de la botánica, le explicó que estas semillas negras y arrugadas eran de la familia de las Dypterix odorata y que contenían cumarina al igual que la canela, un compuesto químico que podía dañar el hígado y los riñones solo cuando se consumía en exceso, le explico también con mucho detalle cómo estas semillas servían de tónico cardiaco y eran usadas por su delicioso aroma en repostería y cocteleria.

Anelia sentía admiración, le gustaban los hombres misteriosos y cultos. Claude era joven, de cabello liso negro y siempre bien peinado, tenía unas facciones de rostro simétricas y un cuerpo promedio endomorfo con la piel muy blanca y los ojos negros azabache que expresaban profundidad, era un hombre pensativo, analítico y taciturno, siempre estaba bien vestido y la humildad no era su mayor virtud, era un poco vanidoso, pero era un hombre de buen corazón.

Dejaron la playa de Hattes, se despidieron de los indígenas y continuaron su recorrido hacia Saint Laurent, esta vez durante el camino por la N1 escucharon música francesa, una ópera de Rameau y aunque Anelia no había escuchado una sola ópera en toda su vida, apreciaba y disfrutaba de la música, él le explicaba que la opera era un arte escénico y por lo tanto escuchar solo la música era una tontería, se necesitaba apreciar todo el conjunto teatral para poder entender por ejemplo la esencia de una ópera de dramma jocoso o una pastoral heroica… hablaban de música, de botánica, de tortugas, del estuario, de la base espacial y de los garimpos.

Cuando llegaron finalmente al distrito de Saint-Laurent-du-Maroni fueron a cenar a un restaurante brasilero cerca de la terminal de ferris, comieron una moqueca de pescado exquisita, una cazuela con aceite de palma y leche de coco mezclada con varias hojas; después caminaron por la avenida Felix y entraron al café Du Pont donde vendían cocteles aromatizados con pequeñas cantidades de haba tonka, primero tomaron gin tonic de 1:1, es decir que la cantidad de ginebra era la misma cantidad de agua tónica y luego probaron los cocteles de haba tonka que tenían un sabor a regaliz mezclado con vainilla.

Claude le contaba que su familia había trabajado en la industria vinícola de Francia desde hacía mucho tiempo y ella le hacía entender que los Martins no tomaban vino francés de burgueses sino pura cachaça -un trago brasilero fuerte y destilado que destruía las neuronas-, ambos se reían y se miraban con complicidad. Claude estaba absorto en la belleza de Anelia, los ligeros efectos narcóticos del haba tonka y su olor a vainilla los hacía sentirse extasiados en el ambiente bohemio del café Du Pont; -la cocteleria molecular9 se había puesto de moda, los metropolitanos habían traído esa obsesión por la esferificación y la espumacion de las bebidas alcohólicas, buscaban combinaciones inesperadas entre sabores y el haba tonka era la semilla predilecta de los expertos en cocteles-. Salieron del café Du Pont y caminaron sin rumbo fijo mientras fumaban unos Gauloises, -cigarrillos franceses de tabaco oscuro traído de Turquia o de Siria-.

Pasaron por la estatua de Bagnard y encontraron una inscripción en aerosol sobre la base que decía: “La vida es un viaje y quien viaja vive dos veces” probablemente era la inscripción de algún navegante aventurero que había logrado entrar a la Guayana Francesa y le había parecido divertido hacer un grafiti en la base de la estatua, -este estado de ultramar era el territorio más lejano, misterioso y de más difícil acceso de todo Francia- pisar esta tierra era toda una proeza para los aventureros.

La estatua de Bagnard representaba la memoria de todos los condenados que habían sido enviados desde Francia a las prisiones de la colonia penal, era la figura de un hombre agarrándose la cabeza con expresión de nostalgia y desesperación. La Guayana Francesa había sido en tiempos pasados un complejo carcelario en todo el estado y en las islas de la salvación -tres islas misteriosas cerca de la costa de Kourou donde se construyeron centros penitenciarios y manicomios- los presos habían sido llevados a estas cárceles que servían como campos de trabajo y tortura. Las enfermedades tropicales los habían matado a casi todos en poco tiempo, luego las cárceles y manicomios fueron cerradas y quedaron solo las ruinas. Los presos después de cumplir sus penas y los pacientes psiquiátricos de los manicomios no tenían derecho de regresar a la Francia metropolitana y se veían obligados a vivir para siempre en este territorio de ultramar, como no tenían condiciones dignas de trabajo muchos se volvieron vagabundos, contrabandistas, delincuentes y asesinos.

Algunos aventureros atraídos por la historia macabra de las prisiones y los manicomios realizaban largos y peligrosos viajes para conocer esta tierra misteriosa, también muchos anhelaban conocer la base espacial más grande de Europa que estaba escondida en las profundidades de la selva de este territorio, la Guayana Francesa era un lugar lleno de misterios, una selva donde había ciudades modernas construidas y ruinas de complejos penitenciarios, un lugar alejado donde solo algunos aventureros habían podido entrar.

Anelia y Claude siguieron caminando sin rumbo por las calles de Saint Laurent guiados únicamente por el impulso de la intuición, cruzaron la calle Tanon y llegaron a un lugar que parecía embrujado, tenía una entrada en arco de tabique rojo recocido, ladrillos con formas rectangulares y ortoedricas que se apiñaban para formar la estructura, en la parte superior de las dovelas, justo sobre la clave decía en letras grandes: “Campo de la Transportación”10 la entrada costaba 5 euros pero ya estaba cerrado, así que sin pensarlo mucho y animados quizás por el impulso cardiaco del tonka, treparon la pared y saltaron al otro lado.

Estaba oscuro, habían varios edificios con paredes desgastadas pintadas de rosa, -eran las ruinas de un centro penitenciario que se había convertido en una especie de museo-, las celdas eran espantosas, oscuras y frías, las rejas estaban oxidadas, habían calabozos con ventanitas superiores enrejadas que servían como respiradero y la humedad le daba un aire realmente lúgubre al lugar -en este complejo se hacinaron a muchos presos que fueron sometidos a trabajos forzados, lo que dio lugar a sangrientas peleas que terminaron en innumerables muertes-.

Siguieron adentrándose en las ruinas y hacia otro complejo del campo de la transportación encontraron una estructura panóptica, era un tipo de arquitectura carcelaria que disponía las celdas por niveles en una distribución circular rodeando a la torre de control, de esta manera los presos eran observados durante todo el tiempo -esta estructura le daba a Claude la sensación de encontrarse en el coliseo romano-. Caminaron hacia la torre de control en el centro y observaron las ventanas rotas de la parte superior, tenía la puerta de madera azul destruida por la humedad y habían candados y cadenas sueltas de hierro oxidado en el piso cerca de la puerta.

Se tomaron de la mano en la oscuridad de la panóptica y subieron a través de una escalera metálica al segundo nivel, mientras inspeccionaban el pasillo circular encontraron algo sorprendente en una de las celdas, en la pared estaba escrita la palabra “Papillon”11
-era el nombre del famoso marinero francés que había sido condenado por un crimen que no cometió y que luego se había fugado de la cárcel y había escapado a Georgetown en la Guayana Inglesa-, su historia era toda una leyenda. Abrieron la reja, se acercaron para mirar con más detalle la inscripción en la pared y se sentaron en una pequeña plataforma de caliza que estaba justo debajo del respiradero, observaron con detenimiento el interior de la famosa celda del Papillon.

Sentados sobre la plataforma en esa oscura celda, sintieron la humedad de las paredes y el techo, el ambiente entristecido y la energía de sometimiento que estaba impresa en aquel lugar; todos estos hilos emocionales hicieron que Anelia se sintiera consternada y empezara a hablar con tristeza de su vida en los garimpos, de cómo la violencia estaba tan asentada en su piel que le era imposible encontrarle un sentido a la vida. Claude conmovido le contó que desde pequeño había vivido con un peso muy grande también, sentía un odio profundo hacia su hermano Gerard, un odio que lo estaba matando lentamente –ella tampoco quería a sus hermanos- y esa enajenación de la familia que ambos sentían los unió en una armonía profunda.

Luego de un rato, sacaron los últimos dos Gauloises que les quedaban y los fumaron lentamente, cuando acabaron las bocanadas de humo y solo quedaron las colillas, el ambiente se elevó en un silencio inquietante, Claude y Anelia se miraron a los ojos y de manera natural sus bocas se encontraron en un asquerosa celda de un ex convicto de la colonia francesa, -no era el lugar más romántico para un primer beso, pero ambos tenían un gusto bizarro por las cosas extrañas y neuróticas, así que lo disfrutaron-, sus labios se movían estrambóticamente y el fuego de las caricias era incesante hasta que de repente sonaron unos pasos cerca de la celda, era un guardia de vigilancia que estaba alumbrando con una pequeña linterna en el nivel 3 de la panóptica. Salieron de la celda y con el ánimo agitado bajaron las escaleras metálicas, cruzaron con sigilo hacia la puerta y una vez afuera de la panóptica empezaron a correr, atravesaron rápidamente el campo de la transportación, iluminados por la luna se movieron con agilidad y finalmente lograron saltar el muro antes de que el guardia los descubriera. Al otro lado del complejo, empezaron a reír a carcajadas, se tomaron de las manos, se besaron y saltaron en la calle de euforia, les parecía divertido y excitante que casi los descubrieran entregándose a los placeres de la carne en la celda del Papillon.

Eran casi las 2 de la madrugada y caminando por el centro sobre la calle Bac encontraron un motel de mala muerte, el Petit Paris, entraron y pagaron 10 euros por la noche, era una habitación oscura y húmeda, tenía un olor repulsivo a agua fangosa, las paredes de papel de colgadura rasgadas y una lámpara de luz intermitente, -no se sabía qué lugar era peor si el Campo de la Transportación o el Petit Paris- pero nada de eso importaba, la habitación se incendió en besos vehementes, pronto se enrollaron desnudos como serpientes y la pasión desbordante duro hasta al amanecer. Misteriosamente bajo la cama había una serpiente espectadora del fuego sicalíptico que se encendía en aquella habitación, era una Bathrops Insularis12 de color dorado brillante que estuvo toda la noche en una posición extraña de alerta, -en la Guayana Francesa muchas serpientes entran como huéspedes indeseables a las casas pero jamás una Bathrops Insularis por que esta serpiente no habita en la región de ultramar, es una serpiente que se encuentra únicamente en una pequeña isla cerca de São Paulo- Anelia quizás influida por la energía de este animal dio rienda suelta a sus instintos más primitivos y se convirtió aquella noche en una especie de maîtresse de una sesión de bondage13
–la serpiente hembra es la dominante en la copulación-, No se sabe porque había una Bathrops Insularis dorada bajo la cama, nunca nadie en la Guayana Francesa había visto esta serpiente.

Anelia quedo embarazada y dio a luz un 15 de abril de 1996 a las 11:55 am, ese mismo día, pero 546 años atrás había nacido uno de los más grandes polimatas de la (r.a) el señor Leonardo di ser Piero da Vinci, quizás era un augurio de que este niño traería consigo una gran genialidad.

Kourou estaba a unos 55 km de Cayenne, era una ciudad artificial diseñada por la agencia espacial europea con el propósito de albergar a los ingenieros y altos rangos de la base espacial. Claude vivía en el Diamant de Kourou, un complejo de edificios minimalistas de asimetría intencionada con apartamentos sofisticados de espacios amplios y diáfanos, los pasadizos entre conjuntos tenían foseados retroiluminados de luz blanca y cada etapa estaba conectada por sistemas de información modernos que habilitaban el acceso, también sistemas monitorizados de alta tecnología que no se veían en ninguna parte del mundo, cada conjunto tenía galería de espectáculos, piscina pública y cancha de rugby. Todos estos complejos arquitectónicos contemporáneos estaban ubicados sobre el litoral en la playa du 205.

Después de 3 meses de su encuentro en el Petit Paris, Anelia viajo a Kourou y se reunió con Claude en la calle Anais cerca del cinema urania, cuando se encontraron estaba lloviendo, entonces fueron al café bleue para escampar, Anelia pidió una macedonia de frutas y mientras comía le contó que estaba embarazada, Claude se sintió consternado por la noticia pero también de forma natural le surgió un gran amor por su hijo y prometió nunca desampararlo, por el contrario, Anelia tenía tristeza y un deseo profundo de morir, a medida que crecía su vientre sentía que estaba creciendo también una maldición, su vida le había dado muchas batallas y no estaba preparada para afrontar esa nueva responsabilidad, tenía la sensación extraña de que su abdomen era como un nido de víboras, pero a pesar de eso nunca pensó en abortar, quizás su instinto de madre era más fuerte que el tedio existencial que se impelía sobre ella.

Fue solo una noche en el Petit Paris y ninguno de los dos estaba interesado en que ese encuentro escalara en algo más, fue de esas extrañas coincidencias que marcan la vida para siempre, cada uno siguió su propio camino. Milam creció entre la glamurosa vida de Kourou y la clase media trabajadora de Cayenne, pero ni su padre, ni su madre lo criaron realmente, Claude estuvo trabajando toda la vida en la base espacial y Anelia en el restaurante chino día y noche, no tuvieron tiempo para su crianza.

Los padres de Claude el señor Vincent Lucasta y la señora Anette Marie criaron a Milam Lucasta Martins y le brindaron todo el cariño que nunca dieron a sus hijos Claude y Gerard.

Cuando terminaron las ultimas rebanadas de banano y piña de la macedonia, Anelia y Claude se despidieron con un apretón de manos y se prometieron que cuidarían a su hijo para siempre, de alguna manera siempre estuvieron presentes en la vida de Milam pero de forma intermitente, como la luz de la lámpara de la habitación del Petit Paris.

El parto…

Gritos estremecedores se escuchaban en la sala de parto del Hospital Center de Kourou, llevaba 12 horas sin poder dar a luz, rompió fuente a las 9 pm del 14 de abril y su hermana Lili Martins la había llevado de inmediato al hospital destinado a funcionarios de la base espacial, -era el mejor hospital en toda la Guayana Francesa-.

Los anestésicos y la oxitocina parecían no hacerle ningún efecto, el flujo era abundante y acompañado de sangre, las contracciones feroces, -parecía tener un animal salvaje dentro-, la dilatación era lenta y sumamente dolorosa. Los médicos determinaron que una cesaría era demasiado riesgosa por la posición del bebé, Anelia rechinaba los dientes y maldecía con una voz ronca y gutural, las lágrimas salían de sus ojos, -era necesaria una episiotomía para evitar un desgarro-, pero justo en el momento en que se preparaban para hacer el corte, sus gritos fueron espantosos, empezó a temblar y se aferró fuertemente a las agarraderas de la camilla, -varias enfermeras tuvieron que asistirla-, cuando finalmente sintió el corte lanzo tres chillidos al aire que le puso los pelos de punta a todos los médicos y enfermeras, nunca habían escuchado un sonido tan grave y espeluznante, el útero ya estaba preparado, empezó el descenso de la cabeza por el canal de parto, la fase de dilatación estaba terminada.

Ahora venía la expulsión, el cuello del útero se dilato por completo, tenía fuertes escalofríos y sentía que su pelvis se destruía completamente, su coxis y su pubis se desencajaban, empezó a pujar con más fuerza pero la salida era muy lenta, finalmente cuando el feto asomo la cabeza, Anelia se desvaneció, su corazón se aceleró y su respiración paró, un corrientoso eléctrico la atravesó desde la coronilla hasta los pies, las cuencas de sus ojos estaban explotando, vio serpientes que caían del cielo sobre su camilla y escucho un eco profundo mientras se hundía por un precipicio oscuro y vacío, veía a los doctores como cuerpos lejanos hechos de millones de hilos de luz interconectados, había un silencio sepulcral y voces lejanas que se escuchaban en la profundidad de su ausencia, durante su caída una voz secreta y afilada le susurró al oído la palabra: “Svapna”14
y en ese momento guiada por una energía pérfida grito con todas sus fuerzas, abrió los ojos y sintió como desde su vientre expulsaba un nido de víboras, soltó una exhalación profunda, visceral y regreso de nuevo a la vida, escuchó el llanto del niño.

Milam Lucasta Martins había nacido, tenía los ojos negros grandes y una piel blanca como la de su padre, Anelia expulso la placenta y luego pudo abrazar a su bebé y amamantarlo, fue una catarsis.

Claude no estuvo presente en el nacimiento de Milam, estaba en Inglaterra recogiendo un depurador de nivel de fuente que permitía desarrollar programas de detección de errores de software para la base espacial. Sin embargo, al volver a la Guayana Francesa fue a conocer a su bebé que estaba en Cayenne, Lili Martins le abrió la puerta y lo llevo hacia la habitación de Anelia, allí estaba su hijo amamantando, se acercó y lo tomo en sus brazos con mucho amor, Anelia sonreía y le expreso que ya no se sentía triste, que amaba a su hijo y que durante el parto habían sucedido cosas muy extrañas.

Cuando Claude Lucasta llego a Kourou en 1995 empezó a trabajar como programador en la Agencia Espacial Europea, creaba sistemas depuradores que detectaran errores de software para el proyecto Ariane 5, este proyecto buscaba lanzar cohetes al espacio con satélites para posicionarlos en la órbita geoestacionaria, Claude había tenido una educación impecable en los mejores colegios y universidades de la Francia Metropolitana, había egresado de la facultad de ciencias de la Sorbonne Université y tenía una personalidad obsesiva que le daba destreza para la programación informática, pero a pesar de su notable inteligencia y grandes conocimientos en su campo, cometió un terrible error en el sistema de referencia inercial que llevo a la explosión en 1996 del Ariane 5 en pleno vuelo, a pesar de su responsabilidad la Legión Extranjera y Arianspace decidieron exonerarlo y continuaron trabajando en conjunto, al siguiente año en 1997 se volvió a intentar el lanzamiento pero nuevamente ocurrieron fallos, esta vez un fallo parcial debido al motor, pero en 1998 finalmente el Ariane 5 logro posicionar un satélite -un telescopio espacial de rayos- en la órbita geoestacionaria y desde entonces Arianspace lanzó más de 110 cohetes con el proyecto Ariane 5, fue un éxito rotundo que le dio a Claude una de sus mayores alegrías en la vida.

Él bebé Milam con 3 años observaba con gran asombro desde la cabina infantil del edificio de programación el lanzamiento del Ariane 5, -el Site d’observation Agami era un lugar dentro del puerto espacial que estaba adecuado para la observación de los despegues y su nombre era en honor a la garza Agami-, los trabajadores del puerto espacial y sus familiares podían observar los lanzamientos desde este lugar. Milam estaba entusiasmado, sonreía y sus ojos se ponían grandes y brillantes mientras observaba las formas sinuosas de los gases que emanaban de la combustión del cohete; sentía la alegría de su padre que también era su propia alegría.

Los ingenieros aeronáuticos, los técnicos de suministro, los de telecomunicación, los especialistas en telemetría y todo el puerto espacial festejaban, se abrazaban cuando el telescopio de rayos quedo finalmente en órbita, estaban haciendo historia en la carrera espacial francesa.

Fue quizás ese lanzamiento de aquel cohete que Milam presencio por primera vez el origen de su fascinación por los misterios, todo lo que volara llamaba su atención, fuera un avión, un globo de aire, un cohete o las diferentes especies hermosas de aves que habitaban en esa misteriosa región selvática de ultramar, todo lo que surcara los cielos evocaba un misterio enorme en el pequeño Milam.

Anelia dejo la minería ilegal y empezó a trabajar como mesera para el señor Zhang Lidong en un restaurante en el centro de Cayenne, llamado Fu Wen. Muchos polizones chinos habían entrado a la Guayana Francesa por el rio Maroni en los años 70, entre ellos Zhang Lidong, un gordo egoísta que nunca había tenido una novia en toda su vida, no la había tenido en su natal Guizhou –provincia muy pobre de China- ni tampoco en la Guayana Francesa donde era bien conocido por su temperamento volátil y su falta de empatía hacia los laosianos, brasileros, indígenas y prácticamente hacia cualquiera que no fuera chino, sin embargo, el Fu Wen había logrado obtener cierta reputación como un comedero aceptable y medianamente limpio del centro de Cayenne.

El señor Zhang Lidong solamente se preocupaba por sí mismo y por su bolsillo, era un avaro en exceso y pagaba una miseria a sus empleados, cuando Anelia quedo embarazada la obligo a trabajar hasta el séptimo mes y solo por una orden medica impuesta por el Hospital Center de Kourou que mandaba explícitamente su incapacidad le permitió descansar un par de semanas después del parto.

Zhang Lidong era realmente despreciable, acostumbraba hurgarse la nariz mientras contaba con ansiedad los billetes que le dejaban los días de trabajo en el Fu Wen, Anelia lo detestaba profundamente sobre todo por sus gases hediondos y sonoros que parecían más potentes que los gases emanados de la combustión de los cohetes de la base espacial, sus flatulencias eran bien conocidas, incluso tenía un apodo que los niños criollos le habían puesto y que él sabía muy bien pero le disgustaba muchísimo, le llamaban “Monsieur Flatulence” -el señor flatulencia-, quizás esa era la razón por la que Zhang Lidong siempre lanzaba agua a los niños que jugaban al bilboquet15 en la entrada de su restaurante.

Los niños de la Guayana Francesa hablaban dos y hasta tres idiomas, todos sabían francés criollo y muchos aprendían portugués, holandés, haitiano y variedad de lenguas indígenas; diferentes culturas del mundo se habían encontrado en este lugar gracias a las múltiples migraciones y habían creado una identidad propia pero completamente extraña e inverosímil, una identidad imposible de entender con la razón.

Cuando los niños jugaban al bilboquet, al quilles o al fuchibol frente al Fu Wen era todo un espectáculo sonoro, el bullicio era una mezcla de palabras sueltas de culturas negras, indígenas y europeas, -ningún erudito en lenguas sería capaz de descifrar la belleza con la que estos niños se comunicaban-, a pesar de que era incomprensible esa mezcla suelta de palabras de tantos idiomas, todos los niños jugaban, gritaban y se divertían, pero lo más sorprendente es que se entendían con un lenguaje que iba más allá de las palabras y que nacía del juego, un lenguaje puramente intuitivo y no verbal.

Milam aprendió a hablar dos idiomas, el francés de su padre y el portugués de su madre, nunca le gusto jugar al bilboquet, le parecía un juego tonto y aburrido, prefería contemplar insectos en el jardín.

A diferencia de Milam que le gustaban los insectos su madre sentía un gran rechazo por todos los animales, le disgustaba mucho los perros que venían a comer las migajas del suelo en el Fu Wen, los sacaba a gritos y a palos, no le gustaban los animales porque en la selva había tenido malas experiencias con todo tipo de bichos extraños, en una ocasión cuando era niña una rana azul flecha salto sobre su cara mientras dormía y en otra ocasión en el Amapa la ataco un yaguareté, su padre Thiago Martins le disparo al felino tres veces dejándolo muerto al instante, sin embargo la herida en la pierna derecha de Anelia le dejo una cicatriz larga en la región del muslo que se asemejaba al símbolo de esculapio16, una vara con una serpiente de fuego enrollada, pero el animal que más pavor le producía era un pequeño insecto verde fosforescente que estaba cubierto de pelos, la oruga Tatarana, este animal le producía un temor y un asco tan grande que solo con verlo sentía náuseas y sensación de falta de aire.

A Claude le gustaba mucho los animales, encontraba cierta armonía meditativa y reflexiva en la naturaleza y había crecido con un husky siberiano en Médoc.

Vincent Lucasta y Anette Marie tuvieron dos hijos, Claude de un temperamento apacible e introvertido y Gerard violento y caprichoso. Habían crecido en una casa campestre en Médoc en el Vignoble de Bordeaux de Francia, la familia se dedicaba a la producción de vino tinto para el interior y a la exportación de vinos espumosos y rosados.

Los Lucasta habían empezado a comerciar con vino desde el siglo XIX, cuando el tatarabuelo de Milam el señor Luc Lucasta le compro un viñedo pequeño a un aristócrata español por un precio muy bajo. El sector vinícola de la época consideraba que un viñedo cerca del estuario de la Gironda no sería productivo pues las condiciones de la tierra y su cercanía al océano no eran apropiadas para el buen crecimiento de la uva, sin embargo, Luc era un hombre obstinado y rápidamente le demostró a todo el mundo que su viñedo el Château Margaux17
daba un vino incluso mejor que el de su competencia, de esta manera la familia logro acumular un gran capital.

Las casas Château -mansiones y casas señoriales de la nobleza vinícola francesa de bourdeos- no le daban mucha importancia al viñedo de Luc, sin embargo en poco tiempo las barricas de vino se empezaron a vender de forma desmesurada, la uva que utilizaba Luc era el Cabernet Sauvignon y este había sido su mejor acierto, -una fruta salvaje nativa de color purpura oscuro, con piel gruesa, de tamaño pequeño y que tenía un sabor dulce más intenso al de las uvas de todos los demás viñedos-, pronto el vino Château Margaux se convirtió en uno de los más caros y mejor vendidos de todo Francia.

Médoc era una región de Francia con largas playas y bosques de pino cerca al estuario de Gironda, en esta zona por la carretera de Cánterane estaba la casa campestre de los Lucasta, tenían 26 hectáreas y una bodega de vinos de la marca familiar, también una pequeña casa de huéspedes adjunta y un estanque de peces de colores, la primera planta tenía un baño, una sala diáfana con comedor y una cocina amplia con áreas de servicio de lujo donde Dardana Hasani18
una hermosa joven de Albania preparaba las comidas, era la empleada de servicio pero parecía de la familia, – Los años que Milam vivió en Francia con sus abuelos estuvo cerca de Dardana Hasani y ambos fueron como hermanos-. En la segunda planta estaban las 4 habitaciones, la sala de artes de Vincent, la biblioteca y un balcón que tenía una vista panorámica al bosque de pinos y al vid.

En este lugar tan apacible emergieron odios profundos, Gerard empezó a golpear a Claude desde que nació, era dos años mayor y más corpulento que su hermano, las razones de la violencia nunca fueron claras, quizás sentía una amenaza para su herencia, era un hombre ambicioso y siempre aspiro a quedarse a cargo del Château Margaux, pero su adicción al juego y la bebida lo llevaron a la miseria, termino viviendo en condiciones deplorables en Grigny la comuna más pobre de Francia. Su odio aumento cuando Claude se convirtió en desarrollador de software para la agencia espacial europea, la envidia lo carcomía… Pero el desprecio era mutuo, Claude no olvidaba las golpizas que su hermano le había proporcionado a lo largo de toda su vida y no podía perdonarlo.

Annete Marie por su parte era una mujer muy triste y aunque había tenido todas las comodidades que cualquier persona pudiera desear, no era feliz y trataba de llenar ese vacío con joyas y trajes caros traídos de parís, era una mujer superficial que se mostraba con gran alegría en público, pero en su interior habitaba una depresión profunda y agobiante. Pasaba sus días siendo jefa primera de los obreros que trabajaban en la vid.

El abuelo Vincent Lucasta fue la persona más importante para Milam, era un hombre especial, tenía una perspicacia asombrosa para el comercio del Château Margaux, pero también y contrario a lo que se podía pensar era un hombre místico, su irreverencia guardaba misterios, era completamente diferente a todos los demás, tenía una visión más profunda y algo de locura secreta impregnaba su ser, sentía una recóndita devoción por la naturaleza y usualmente se le veía en los jardines hablando solo o con Dios… Milam siempre sintió un amor grande hacia su abuelo y fue gracias a Vincent que aprendió a viajar por la realidad Z (r.z.) sin miedo a sucumbir ante el misterio.

Mientras en la región vinícola de Bordeaux de Francia vivían los Lucasta, en Cayenne en la Guayana Francesa vivía Anelia con su hermana Lili cerca al puerto de Vieux, alquilaban una habitación en un barrio haitiano. Lili Martins cuidaba a Milam mientras su hermana trabajaba en el Fu Wen, era el año 1998 y la vida en la Guayana Francesa no era fácil, los padres de Anelia, el señor Thiago Martins y su esposa Maria Da Silva estaban viviendo con sus dos hijos hombres de forma permanente en un campamento minero al sudeste del triángulo de Itany – Marwini en la frontera con Surinam. Anelia y Lili se habían distanciado de su familia y estaban tratando de salir adelante solas en la capital.

Claude visitaba al bebé cada fin de semana, le llevaba dinero y comida a las hermanas Martins, el estado de ultramar pasaba por una crisis, todos los recursos del pueblo habían sido destinados a la base espacial, la delincuencia aumentaba y los garimpeiros habían formado sindicatos, las condiciones económicas de la Guayana Francesa eran difíciles sobre todo para las clases sociales bajas.

Milam enfermó de listeriosis probablemente por el consumo de algún queso crudo o de una ensalada que tenía la bacteria, -el barrio haitiano era el más insalubre de Cayenne- sin embargo, los antibióticos le hicieron efecto rápidamente y se puso mejor en poco tiempo, pero luego de este episodio su padre decidió llevarlo a vivir a Kourou, era una situación complicada para Anelia, pero el niño estaba más protegido con su padre. Milam ingreso al Multi Accueil, una de las guarderías modernas de Kourou que tenía varios profesionales en psicología y pedagogía infantil, Anelia y Lily lo visitaban los fines de semana.

Claude estaba muy ocupado con el nuevo proyecto de la base espacial, el Vega (Vettore Europeo Di Generazione Avanzata) un cohete de lanzamiento desarrollado en conjunto con la agencia espacial italiana; en aquella época trabajaba sin descanso y no tenía tiempo para el cuidado de su hijo, Milam crecía entre las cuidadoras del Multi Accueil y el cariño natural de su tía Lili Martins, quien lo seguía cuidando esporádicamente, así pasaron los primeros años…

En el año 2000 cuando emergía el nuevo milenio en la (r.a.) Milam de 5 años se encontraba con su padre en la piscina privada de la Nouvelle de Kourou, para ese entonces Claude estaba obsesionado con la tecnología de las ondas sinusoidales, había estado trabajando en los últimos meses en un proyecto de sincronización hemisférica que lograra reducir los niveles de estrés en los operarios del puerto espacial.

Ese día había alquilado la piscina de la Nouvelle para hacer un experimento con Milam, tenía conectadas dos máquinas auditivas en la parte externa de la piscina, una en cada lado, cada artefacto emitía una frecuencia sonora con una diferencia de 30 Hz y ese pulso binaural19 restante acompañado por la relajación natural de la flotación en el agua debía generar un cambio fisiológico en el pequeño Milam, tenía un sistema waterproof de medición de la bioquímica del organismo que estaba conectado a su hijo.

Dentro del agua tomo al niño entre sus brazos y lo puso boca arriba en posición de flotación, mientras el sonido empezaba a generar la ilusión auditiva de variación de amplitud, pasaron cerca de dos horas, pero el tono nunca genero ningún cambio en Milam.

Desanimado por el fracaso en la investigación, desistió del experimento, desconecto de mala gana el sistema de frecuencias tonales y el equipo de medición y regreso con su hijo a la piscina, -a Milam le parecía gracioso el enojo de su padre y se reía de forma tierna-.

Claude pensó que esta era una buena oportunidad para enseñarle a su hijo a memorizar las vocales. Milam empezó a repetir las letras A,E,I,O,U de forma lenta mientras su cuerpo que flotaba boca arriba se relajaba en los brazos de su padre, luego de 15 minutos algo extraño sucedió, el niño empezó a pronunciar las vocales con un sonido mucho más cadencioso que evocaba el ambiente de los cantos sagrados de las religiones de oriente, sus ojos cerrados empezaron a temblar, salpicaban el agua y una experiencia caleidoscópica empezó a surgir, aparecieron frente a sus ojos ráfagas de colores muy brillantes que se presentaban en franjas horizontales, todo el espectro del arco iris: rojos, purpuras, naranjas… estas franjas se movían de arriba hacia bajo de forma rápida, los colores se acompañaban de un pito agudo en el oído derecho, Milam se agarró fuerte de su padre y empezó a pronunciar con más ímpetu las vocales, finalmente todos los colores se empezaron a fundir en un color blanco luminoso y se difuminaron en una esfera de luz, a través del sonido había logrado experimentar una de las primeras etapas de acceso a la realidad z (r.z.).

Su padre estaba atónito por el movimiento rápido de los ojos y el evento tan extraño que había sucedido, después de la experiencia ambos se sentaron en la orilla de la piscina y Milam le conto con detalle todos los colores que había visto, desde ese día Claude se interesó por el alfabeto latín, luego por el devanagari y por las silabas sagradas de las tradiciones de oriente.

No se sabe si fueron las ondas binaurales o la pronunciación repetida de las vocales lo que genero esa experiencia psicotrópica, sin embargo, Milam empezó a desarrollar cada vez más intuición hacia las llaves del sueño y en poco tiempo empezó a entrar a la (r.z.)

Durante el lluvioso mes de abril de 2002, Annete Marie y Vincent Lucasta viajaron a la Guayana Francesa para conocer a su nieto que tenía 6 años y estaba por empezar la escuela primaria, su madre estaba trabajando fuertemente para comprar un departamento en Cayenne y su padre se veía notablemente inestable por las presiones gubernamentales que tenía con el proyecto Vega.

Milam crecía sin familia, todo en su vida era transitorio y sus cuidadoras eran las mujeres frívolas del Multi Accueil, todas las tareas académicas del centro infantil le parecían aburridas y lo que disfrutaba era ver televisión, su serie favorita era Les Zinzins de l’espace20, una alocada y divertida serie francesa de dibujos animados que contaba la historia de 5 extraterrestres que habían llegado a la tierra y se posesionaban de una casa para no dejarla alquilar, esta serie tenía un humor políticamente incorrecto que le encantaba a Milam, el personaje de Bud Budiovitch era su favorito y se sentía identificado, era un extraterrestre ingenuo, alto y anaranjado de 340 años, totalmente perezoso y que pasaba todo el tiempo viendo televisión y tomando sodas.

Le gustaba ver dibujos animados pero también disfrutaba caminar por el jardín del Multi Accueil contemplando la naturaleza, no jugaba con los otros niños, pasaba las horas de descanso observando en soledad las formas de los troncos y hojas de los árboles, buscaba en la tierra animales pequeños, sus favoritos eran los insectos, seguía sus recorridos mientras se intrigaba con sus antenas y sus tres pares de patas, se preguntaba porque su cabeza no tenía antenas o alas en la espalda que le hicieran volar como estos animales o porque no tenía la piel anaranjada como Bud Budiovitch… los psicólogos del centro diagnosticaron que el niño necesitaba compartir más tiempo con su familia, pero Claude y Anelia tenían muchas obligaciones, por esta razón los abuelos Lucasta en acuerdo llevaron a Milam a Francia para vivir con ellos en la provincia de Médoc. Anelia no sintió mucha pena por entregar a su único hijo y pensó que era una buena oportunidad para enfocarse en su vida y hacer dinero para una casa propia, de la misma manera, Claude estaba tan obsesionado con los debbugers del proyecto Vega que casi no notó la ausencia de su hijo.

Milam viajo a Francia con sus abuelos y vivió en la casa campestre hasta sus 13 años, creció con las comodidades típicas de una familia acaudalada del Bordeaux; el día que llego a Medóc, su abuela Annete Marie le regalo un suéter de lana de Les Zinzins de l’espace que usaría en el invierno, su abuelo Vincent le obsequio una gata recién nacida que llamarían Bavita, era de color gris ceniza y Dardana Hassani le regalo un CD de Iggy Pop, -juntos empezaron una rutina diaria como catadores de post- punk, cuando la abuela se iba al vid aprovechaban para poner la música a todo volumen, pero cuando regresaba apagaban y actuaban como si Dardana Hassani le estuviera explicando alguna tarea de ciencias o matemáticas-

Sus padres viajaban cada año a Francia en diciembre para visitarlo, pero la relación era distante y Milam no sentía afecto por ellos, eran ajenos a su vida, por otra parte, había adquirido un cariño especial por su abuelo Vincent y por la joven cocinera de Albania.

En Francia siguió con su pasatiempo de perseguir insectos en el jardín, pero esta vez acompañado de su abuelo, les fascinaba las hormigas, los grillos, las libélulas y los caballitos del diablo. Vincent le enseñaba a tocar el piano y Dardana Hassani le ayudaba con las tareas del colegio.

La vida era tranquila en la casa campestre, Gerard había escapado a Grigny años atrás influido por la energía perniciosa del juego y el alcoholismo, Claude estaba en la Guayana Francesa trabajando en la base espacial y en la casa campestre solo vivían los abuelos, Dardana Hassani, Milam Lucasta y la gata Bavita21.

Durante los años de escuela Milam tuvo muchos problemas por su falta de interés en los otros niños, era introvertido en extremo y le disgustaba que lo ocuparan en tareas grupales, prefería la apacible soledad, tenía una perfilada habilidad para entender los estados mentales de los demás, pero su propia mente era un enigma, había estado viviendo en una constante contemplación de la naturaleza y algo estaba empezando a surgir dentro suyo.

Sus sueños eran cada vez más extraños, un continuo de energías en movimiento, personajes lejanos que le resultaban familiares, historias que cambiaban de estructura rápidamente y donde los tiempos se cruzaban o se superponían, los personajes se transformaban en objetos y los objetos en paisajes, la experiencia nocturna era inquietante, pero Milam era atraído cada vez más hacia ese mundo interior que estaba surgiendo en las noches, cuando se quedaba dormido sentía que algo se acercaba, una especie de energía lejana lo estaba buscando.

Durante el invierno de 2007 cuando tenía 11 años le sucedieron una serie de sueños muy extraños que terminaron abriendo finalmente la puerta a la otra realidad, en una ocasión estaba durmiendo en su cama plácidamente cuando sintió una energía eléctrica que recorría su cuerpo, su voluntad se salió y deambulaba por el techo de la habitación, era una especie de proyección holográfica, observaba su cuerpo durmiendo en la cama, después sintió varios movimientos de energía que lo sacudieron y finalmente regreso, cuando despertó el televisor por alguna extraña razón se había encendido y estaba sintonizado en un canal sin señal con el ruido blanco o la nieve, esos puntos aleatorios negros y blancos que aparecen en la pantalla cuando no hay señal y que se acompañan de un sonido relajante parecido a la lluvia.

En otra ocasión estaba tomando una siesta en el sofá del segundo nivel mientras Vincent en la sala de arte pintaba un bodegón de frutas en un estilo de arte encontrado22, -estaba usando cascaras de uva verdaderas-, Milam despertó asustado sin recordar su sueño y al observar su mano izquierda vio 6 dedos, lanzo un grito estremecedor y su abuelo corrió rápidamente a abrazarlo, quizás había sido una alucinación hipnopómpica de esas que se presentan en los primeros momentos del despertar, el niño llorando abrazo a su abuelo y le dijo que no recordaba nada de lo que había soñado y que no quería tener 6 dedos.

En febrero el viñedo estaba cubierto de nieve y Milam observaba desde el balcón los palos levantados y amarrados con alambre de la vid, sintió demasiado frio para seguir contemplando el paisaje y entro a la casa, se sentó en un sillón de cuero rojo cerca de la chimenea del primer nivel donde estaba Dardana Hassani leyendo una novela de ficción transgresiva, -un género literario donde los personajes se rebelan a la autoridad de forma nihilista y rompen la moralidad natural- era su estilo literario favorito, Milam se quedó dormido en el sillón y Dardana Hassani lo cubrió con una manta, esta vez no hubo pitidos, ni corriente eléctrica en el cuerpo, tampoco ningún tipo de reacción física que alertara sobre lo que iba a suceder, Milam empezó a soñar que estaba en un baño público frente a un espejo y al costado derecho había una pared con todo tipo de cableado eléctrico y muchos micro chips verdes, eran sistemas de circuito integrado, -no era lógico que este tipo de tecnología estuviera en un baño-, cuando observo los micro chips con detenimiento algo cambio en su atención y en ese momento se dio cuenta que estaba soñando y el sueño se empezó a construir a si mismo de forma sólida, adquirió una naturaleza real, las paredes, los micro chips y cables, las puertas de los cubículos de los inodoros, los orinales y todo absolutamente todo se volvió real, Milam se sentía perplejo ante esta experiencia porque era idéntica en percepción a la realidad que él conocía, todo se sentía igual pero era un mundo diferente; había una puerta de salida del baño, la atravesó y se encontró en una plaza de pueblo, con una fuente en el centro y decenas de personas caminando, era como la plaza de la Concordia de Paris pero menos citadina, era un día soleado y el cielo despejado tenía un vivo color azul celeste, mientras Milam caminaba entre la multitud y observaba el cielo recordó los insectos que había estado contemplando en los jardines del Multi Accueil y los que había visto con su abuelo en su casa en Médoc y se le ocurrió una idea, como estaba en otro mundo quizás era posible volar como lo hacían los insectos y en esa idea que fue como un relámpago de la conciencia extendió sus brazos hacia el cielo y como cualquier animal aéreo pero sin alas empezó a volar, observo como su cuerpo se elevaba, sus pies se despegaron del suelo y empezó un recorrido hacia las alturas, pudo apreciar la panorámica de la plaza del pueblo y el paisaje, siguió subiendo cuando de repente y sin previo aviso regreso de forma instantánea a la (r.a.) Abrió los ojos y estaba en el sillón de su casa con una alegría que jamás había sentido, se levantó eufórico tiro la manta lejos y empezó a reír a carcajadas, Dardanna Hassani lo miraba como si se hubiera vuelto loco; le contó que había viajado a otro mundo y que en esa realidad estaban en verano y que había microchips en los baños y que se podía volar… la joven de Albania lo escucho con mucha atención y curiosidad, después le dijo en broma que si ese mundo existía a ella le gustaría que juntos vivieran en ese mundo para siempre. Milam siguió eufórico por muchas horas hablándole de su experiencia en esa otra realidad y Dardana Hassani con cariño lo escuchaba.

En Marzo Vincent abrió en el pueblo de Vensac una enoteca, -una especie de biblioteca de vinos-, donde los turistas podían degustar y comprar los vinos de la familia Lucasta a precios razonables, era un lugar bohemio, con tertulias sobre la cultura del vino y una colección de libros de enológia. Milam estaba ayudando a organizar los estantes que se usaban para las rondas de degustación, habían cerca de 10 invitados en las mesas catando vinos y escuchando música concreta23; Vincent sentía fascinación por las composiciones musicales producidas a partir de sonidos cotidianos como el ruido del tráfico, la estridencia de un motor de una nevera o la simple experiencia sonora del vino tinto vertiéndose sobre una copa de cristal, le gustaba con pasión todos los artistas raros y precursores de la electrónica en Francia como Pierre Schaeffer y su música concreta, Milam también disfrutaba de la música creada a partir de sonidos cotidianos, le parecía una experiencia en la que el sonido no expresaba en apariencia un propósito sino que por el contrario era pura acción libre y esa movilidad natural le daba un sentido y una armonía única y estética.

Vincent y Milam pasaban horas grabando sonidos en la calle como dos delirantes escapados del manicomio, cazando sonidos de los objetos más inusuales en cualquier lugar para luego juntarlos en una cinta, mezclarlos, darles un sentido sonoro y convertirlos en pequeñas composiciones caseras. Tenían varias canciones experimentales bajo el nombre de “Musique concrète du chat Bavita” -la música concreta de la gata Bavita-.

El segundo nivel de la enoteca aún no estaba habilitado para el público, había un sofá de tres plazas y algunas mesas dispuestas, pero el piso y las paredes estaban sin tapizar.

Milam acostumbraba a pedirle a su abuelo una tartaleta de alcachofa de las que vendía como aperitivo en la enoteca, ese día naturalmente cuando termino de ayudarle con los estantes de vino, le pidió su tartaleta y subió a comerla en el sofá del segundo nivel, mientras disfrutaba de la deliciosa masa de hojaldre y escuchaba los sonidos sintetizados de la música concreta se quedó dormido, una ráfaga de vibraciones eléctricas sacudieron su cuerpo, no podía moverse, escuchaba sonidos fuertes en ambos oídos, pitidos agudos y desesperantes, no podía abrir los ojos y sentía como se caía por un precipicio insondable, luego de esas turbadoras sensaciones entro a la (r.z.) pero esta vez no era una experiencia divertida como cuando voló por la plaza, ahora la experiencia se tornaba mistérica y hasta sagrada, Milam estaba en una habitación oscura rodeado de antigüedades, en una de las paredes había un cuadro rectangular con un marco de madera vinotinto y un vidrio flotado transparente que permitía observar con claridad la fotografía de su madre -era un retrato real de cuerpo completo que Anelia tenía en su casa en Cayenne-, Milam observo con detenimiento el retrato, su madre tenía puesto el turbante gris que usaba siempre que buscaba oro y estaba sentada sobre una silla vistiendo la ropa propia de los garimpeiros, conocida como ropa mono de trabajo, una especie de overol de tela gruesa, se mantuvo observando el retrato con curiosidad cuando de repente la imagen de su madre empezó a cambiar, su ropa de minera se convirtió progresivamente en un vestido de brocado de seda blanco, elegante y largo, su piel canela se empezó a transformar en una piel negra oscura, sus manos, orejas y cuello fueron adornados con alhajas y joyas preciosas, y su turbante gris se transformó en un paño negro dhuku típico de Malawi, era una especie de reina africana sentada sobre su trono, Milam estaba absorto en la nueva imagen de su madre de piel negra cuando fue atrapado por un túnel de energía lóbrega, que entre remolinos lo llevo a un nuevo lugar, era una terraza con enredaderas y plantas de todo tipo, estaba suspendido en el aire decubito ventral a un metro del piso y frente suyo pero a cierta distancia estaba un niño flotando en la misma posición boca abajo, estuvieron por algún tiempo suspendidos en el aire y luego empezaron a acercarse flotando el uno al otro de forma magnética y cuando estuvieron muy cerca, sus ojos se encontraron, Milam sintió que esa mirada lo atravesaba, estaba ante la majestuosidad de una energía sublime, tenía ojos verdes brillantes como un diamante y profundos como el mar, su cabello rubio se movía con gracia y sutileza, la simetría de su rostro era perfecta, era el ser más bello que había visto en toda su vida, tenía la piel clara luminosa y su cuerpo estaba vestido con una túnica blanca y una toga verde turquesa, su presencia era como la unión de todas las perfecciones de la naturaleza, una especie de emancipación de las almas cautivas en los cuerpos, el arte en su máxima expresión, era cándido en todos los sentidos y flotaba emanando una divinidad superior. Milam quería quedarse en este lugar para siempre suspendido en el espacio como si estuviera en un túnel de viento de esos que usan los paracaidistas para practicar caída libre, pero su energía se agotó y en un santiamén, sin lograr despedirse de esa manifestación faustuosa, como en un chasquido de dedos volvió al sillón de la (r.a.) donde estaba comiendo la Tartaleta.

Bajo rápidamente las escaleras, cruzo entre los catadores de vino y corrió alegre donde su abuelo gritando que había viajado a otro mundo mientras dormía y que había descubierto que Anelia fue una reina africana en una vida pasada, también le contó que había visto un ángel en el espacio, Vincent lo observo a los ojos y le dijo en voz tajante y profunda:

  • Cuando estés considerando cualquier idea sobre la realidad, pregúntate a ti mismo únicamente ¿cuáles son los hechos? ¿Y cuál es la verdad que los hechos revelan? Nunca te dejes desviar por lo que deseas creer o por lo que crees que te traería beneficio si así fuera cierto.

Después de estas palabras Vincent abrazo a Milam fuertemente y le susurró al oído

  • Siempre que estés perdido en esta o en esa otra realidad la respuesta es el amor.

Estas palabras fueron profundamente sabias aunque su abuelo las había robado de un discurso de Bertrand Russel, pero para Milam su abuelo era lo máximo y desde ese día entendió que los viajes por el otro mundo no podían ser guiados por el impulso de la creencia, que cada cosa era un misterio y que los misterios no se resolvían con las certezas vacías de la fe, el agnosticismo hizo parte de su vida y de su exploración por ambos mundos, una visión ecuánime y sobria guiaba su aventura, ideas como la reencarnación y el alma eran solo hipótesis… cada retorno a la (r.z.) lo forjaba como un aventurero perspicaz ajeno a ideas fijas. El misterio se abrió y Milam empezó un viaje de toda la vida por el arcano mayor, el misterio más grande del mundo, la realidad Z.

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